El Consejo de la FIFA, que este jueves se reunirá de manera telemática, decidirá el anfitrión de la Copa del Mundo femenina de fútbol de 2023 entre las candidaturas de Colombia y la conjunta de Australia y Nueva Zelanda.
Esta última recibió la puntuación más alta -con 4,1 sobre 5 puntos- en la última evaluación, por lo que parte como favorita para albergar la próxima cita mundialista, en la que el número de equipos se verá incrementado de 24 a 32.
La retirada de Brasil y de Japón en el tramo final del proceso refuerza la candidatura de Australia y Nueva Zelanda, toda vez que Colombia apenas sumó 2,8 puntos en la evaluación.
Esta puntuación despertó las críticas del presidente de la Federación Colombiana, Ramón Jesurún, y del presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, quienes subrayaron en una carta que el informe saca conclusiones erróneas. La FIFA, sin embargo, defendió la absoluta objetividad en el proceso de evaluación y argumentó la calificación.
En materia de seguridad, la FIFA comparte la opinión sobre la gran mejora de la situación en Colombia, como refleja el informe, pero precisa que las fuentes consultadas por los expertos indican un elevado nivel de riesgo en comparación con la otra candidatura. Igualmente incide en que Colombia no presentó las garantías gubernamentales en materia de seguridad.
La consideración de riesgo medio para el epígrafe «salud, servicios médicos y control de dopaje» responde a que, pese a existir centros de atención sanitaria a distancia razonable de las instalaciones, al evaluar los riesgos de contraer enfermedades infecciosas los pacientes con cuadros graves podrían requerir la evacuación a otro país.
En este punto la FIFA señala que también se tuvo en cuenta la altitud de Bogotá y la necesidad de prolongar la aclimatación.
Respecto a los aspectos comerciales y en comparación con ediciones anteriores, especialmente Francia 2019, aunque los costes serían relativamente bajos, los ingresos previstos tanto por la candidatura colombiana como por la FIFA serían modestos.
La cifra de 22,2 millones de dólares que Colombia estima por la venta de entradas es notablemente inferior a la de Francia, a pesar de contar con ocho selecciones más y ampliar en doce el número de partidos, por lo que a pesar de la pasión por el fútbol en Colombia y los mercados se calificó con riesgo alto y una puntuación de 2,4.
La candidatura de Australia y Nueva Zelanda, en cambio, es robusta en todos sus ejes para tomar el relevo de Francia 2019 y llevar la expansión del fútbol femenino a toda la región Asia-Pacífico, «la de más rápido crecimiento y más poblada del mundo», remarcó.
A la FIFA le ofrece, precisamente, la posibilidad de desbloquear el valor comercial en la zona a través de una inversión financiera «sin precedentes», según subraya en su resumen ejecutivo.
La candidatura asegura que habrá una inversión significativa de los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda y del sector empresarial en derechos mediáticos y patrocinio. Además, trabaja en la reprogramación de los horarios para maximizar la exposición y la inversión y contempla un récord de asistencia de 1,5 millones de personas a los 13 estadios de las 12 ciudades anfitrionas propuestas.
Esta candidatura conjunta, entre Australia y Nueva Zelanda, aspira además a llevar la Copa del Mundo femenina de la FIFA por primera vez al hemisferio sur. Las ocho ediciones previas se disputaron en China (1991 y 2007), Suecia (1995), Estados Unidos (1999 y 2003), Alemania (2011), Canadá (2015) y Francia (2019).
EFE