Colombia tiene nuevo sitio para el estudio y conservación de murciélagos

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Fotografía cedida por Juan Diego Ariza de un murciélago Micronycteris sanborni. EFE/ Juan Diego Ariza

Bogotá, 6 nov- La Reserva Natural Bojonawi, en el selvático departamento colombiano del Vichada (este), fue reconocida como una de las Áreas de Importancia para la Conservación de Murciélagos (AICOMs) de Latinoamérica y el Caribe, que la convierte en un santuario para el estudio y protección de este mamífero.

El certificado de reconocimiento lo emitió la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de Murciélagos (Relcom).

No es la primera vez que esta reserva recibe un reconocimiento por ser un hotspot de biodiversidad, pues en 2015 fue declarada como Área de Interés para la Conservación de las Aves (AICA), por las 306 especies que habitan en su territorio.

Murciélagos a granel

Una investigación realizada por la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá abrió las puertas a que en Colombia se proclamara una nueva Área de Importancia para la Conservación de los Murciélagos, esta vez en la reserva Bojonawi, de la Fundación Omacha.

Inicialmente la reserva contaba con cerca de 17 especies de murciélagos, pero una investigación mostró un panorama más amplio.

El biólogo Juan Diego Ariza, candidato a magíster en restauración ecológica de la Javeriana, investigó la diversidad de murciélagos en este lugar como parte de su trabajo de grado.

Al final de su investigación, Ariza había encontrado 26 especies de murciélagos que no habían sido registradas en Colombia, entre ellas los murciélagos nariz de espada del Orinoco, el bigotón de Wagner, el de discos, el de orejas de embudo y el elusivo murciélago fantasma.

Esta variedad de especies fue la que hizo que Bojonawi fuera reconocido como AICOM.

Los murciélagos son conocidos como voladores nocturnos, aunque también los hay diurnos. Sus principales amenazas son la pérdida de hábitat, causada por incendios, que destruyen su entorno.

«En la Orinoquía tenemos incendios pavorosos», cuenta Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, citado en un comunicado de la Universidad Javeriana.

Trujillo recordó que «Ramsar del río Bita tiene 824.000 hectáreas y hace cuatro años se nos quemaron 250.000. Lastimosamente, solo hasta ahora están generando mecanismos para responder ante estos incendios», asegura.

Igualmente los murciélagos están amenazados porque pierden sus refugios para descansar que pueden ser cuevas, árboles y hasta construcciones humanas.

Cada especie tiene su refugio preferido, y cuando desaparece se ven obligadas a desplazarse a lugares nuevos o, en el caso de no encontrar nuevos refugios, desaparecen en la zona.

Para protegerlos

La Relcom, fundada en 2007, nació con el propósito de conservar a los murciélagos de esta región y como parte de sus estrategias crearon los AICOM y los Sitios de Interés para la Conservación de Murciélagos (SICOM).

La diferencia entre las dos está en el tamaño. Las AICOM son áreas grandes, mientras los SICOM son sitios específicos donde se refugian los murciélagos.

En Colombia se han declarado siete lugares como AICOM y cuatro como SICOM. Entre estos últimos hay construcciones humanas como la Batería del Ángel San Rafael, una de las muchas construcciones coloniales que defendieron a Cartagena de Indias de los piratas, y que ahora es hogar de gigantescas colonias de murciélagos.

EFE