Colombia, 2 mayo de 2025.- La violencia sistemática contra líderes sociales, firmantes del acuerdo de paz y comunidades vulnerables no da tregua en Colombia. En lo corrido de 2025, el país ha registrado 20 masacres, el asesinato de al menos 57 líderes sociales y 20 firmantes de paz, lo que evidencia una profunda crisis de seguridad en medio de la implementación del proyecto gubernamental de “Paz Total”.
Asesinatos que se acumulan semana tras semana
El más reciente crimen fue el de Walberto Quintero Medina, asesinado el 29 de abril en Valledupar, Cesar. Vicepresidente de la Junta Directiva de la CUT en ese departamento y directivo del sindicato Sinaltrainal, se convierte en el líder social número 57 asesinado en lo que va del año.
Días antes, el 27 de abril, fue asesinado Wilmer Yair López Santander en Orito, Putumayo. Exconcejal y exfuncionario de la alcaldía, representaba una figura reconocida del liderazgo político local. Un día antes, el 26 de abril, Guillermo Arturo Galvis Plazas, defensor ambiental y excoordinador del EPA Cartagena, fue asesinado en Bolívar.
El 19 de abril se registraron dos asesinatos en diferentes regiones: Arbey Morales Hernández, líder comunal de Cantagallo, Bolívar, y José Francisco Romero Zamudio, firmante de paz asesinado en Yondó, Antioquia. La lista también incluye a Ester Julia Camayo, comunera indígena asesinada el 17 de abril en Santander de Quilichao, Cauca, víctima de un ataque con explosivos.
Firmantes de paz: el otro rostro de la violencia
En abril y comienzos de mayo fueron asesinados seis firmantes del acuerdo de paz, elevando la cifra de este año a 20 víctimas. Entre ellos, Elkin de Jesús Oquendo Graciano y Fredy de Jesús David Giraldo, asesinados en Ituango, Antioquia, el 1 de mayo, en las veredas Pascuitá y La Cumbre.
Otros casos incluyen a:
- Carlos Ángel Arango Arciniegas, asesinado en Algeciras, Huila (17 de abril).
- William Antonio Viloria Hernández, asesinado en Chigorodó, Antioquia (12 de abril).
- Robinson Gómez Vélez, asesinado en Valdivia, Antioquia (12 de abril).
20 masacres en 2025: el terror colectivo continúa
La más reciente matanza ocurrió el 28 de abril en Puerto Gaitán, Meta, donde fueron asesinadas cuatro personas en el sector conocido como La Invasión. Dos días antes, el 26 de abril en Tibú, Norte de Santander, tres personas fueron asesinadas por hombres armados que interceptaron un bus en el sector de Campo Tres.
Estas cifras confirman que Colombia atraviesa una etapa crítica en materia de seguridad, especialmente en zonas rurales y periféricas, donde los acuerdos de paz aún no se traducen en garantías efectivas para la población civil.
El caso “Mongo”: el punto de quiebre
Para la organización Corpades, el asesinato de Jaime Alonso Gallego Gómez, conocido como “Mongo”, defensor de derechos humanos y excandidato a la alcaldía de Segovia (Antioquia), marcó un antes y un después en la espiral de violencia contra líderes sociales en Colombia. El crimen ocurrió el pasado 9 de marzo, en la vereda El Jabón, jurisdicción del municipio de Vegachí, Antioquia.
Desde esa fecha —según datos recopilados por organizaciones sociales— se han registrado al menos 24 homicidios adicionales de líderes sociales, evidenciando que el asesinato de “Mongo” desencadenó una nueva fase de persecución sistemática en distintos territorios del país.
¿Paz Total o Paz Real Territorial?
Las cifras alarmantes contrastan con los anuncios oficiales sobre seguridad, reconciliación y consolidación de la paz. Las comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y rurales continúan siendo las más golpeadas por masacres, desplazamientos forzados, confinamientos, amenazas y desapariciones forzadas.
En este contexto, líderes sociales, organizaciones de derechos humanos y familiares de las víctimas han comenzado a cuestionar la viabilidad del modelo gubernamental de “Paz Total”. La misma Corpades plantea que el país necesita un cambio de enfoque hacia una “Paz Real Territorial”, centrada en los territorios más afectados, con garantías diferenciales, acción estatal efectiva y participación comunitaria real.
“Preguntamos respetuosamente al presidente Gustavo Petro: ¿es adecuado seguir hablando de Paz Total mientras el país se desangra? ¿No será más realista rediseñar la propuesta de paz con un enfoque territorial y diferenciado que responda a la urgencia de los hechos?”
La situación en departamentos como Cauca, Nariño, Antioquia, Putumayo, Norte de Santander, Arauca, Chocó y Valle del Cauca refleja que, para muchas comunidades, la paz no ha llegado. Las estadísticas se convierten en nombres, las promesas en frustraciones, y la realidad, en una constante amenaza a la vida y la esperanza.
A.U.