París, 6 de febrero de 2023.- La Asamblea Nacional francesa dio comienzo este lunes al debate sobre la impopular reforma de las pensiones impulsada por el gobierno de Emmanuel Macron, en vísperas de una nueva jornada de protestas organizadas por los sindicatos, que están frontalmente en contra de retrasar la jubilación.
Las discusiones parlamentarias, en las que el bloque «macronista» deberá ganarse el apoyo de otros grupos políticos al carecer de la mayoría absoluta (la perdió en las legislativas de 2022), se prometen arduas, con distintas mociones y 20.000 enmiendas a revisar en los próximos quince días.
Los conservadores de Los Republicanos se presentan como la única baza posible para lograr esa mayoría, dada la oposición firme de los grupos de izquierda y de la extrema derecha.
La tensión se hizo patente ya desde esta primera sesión, que se tuvo que suspender a los pocos minutos de empezar, cuando el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, debía tomar la palabra, ante numerosas quejas opositoras por cuestiones de procedimiento.
«Estoy muy orgulloso de presentar, en nombre del Gobierno, este proyecto de ley», aseguró Dussopt cuando finalmente pudo dirigirse a la Asamblea, ya que el texto «asegura» el futuro del sistema de prensiones y a la vez que contribuye a la meta del «pleno empleo».
El orden del día de la jornada está protagonizado por una moción de rechazo total al proyecto de la coalición Nupes -que aglutina al Partido Socialista, a La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, a los ecologistas de EELV y al Partido Comunista- y por otra que reclama un referéndum presentada por la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), la formación de Marine Le Pen.
«Vamos a utilizar todos los medios a nuestra disposición para que este texto no sea votado», afirmó Le Pen en una conferencia de prensa, poco antes del comienzo del debate.
Esos medios incluyen votar a favor de las iniciativas contra de los grupos de izquierda, si bien la líder de extrema derecha criticó que la Nupes de haya presentado miles de enmiendas para obstruir las discusiones.
Por su parte, los parlamentarios de la coalición de izquierdas escenificaron su unidad contra el proyecto llegando juntos a la Asamblea e indicando a los numerosos medios de comunicación presentes que se sienten representantes de la palabra de los sindicatos y del pueblo, ya que las encuestas muestran que los franceses están mayoritariamente en contra de esta reforma.
Dussopt pudo tomar finalmente la palabra unos 45 minutos después del primer toque de campana, si bien su intervención estuvo regada de gritos y abucheos de diputados opositores.
La reforma contempla como ejes principales el aumento de los 62 a los 64 años de la edad mínima de jubilación y el adelanto a 2027 de la subida de 42 a 43 años de cotización para poder disfrutar de una pensión completa (hasta ahora previsto para 2035).
También propone acabar con los regímenes especiales de jubilación, más ventajosos que el del sistema general y utilizados en muchas ocasiones por empresas del sector público, como la eléctrica estatal EDF.
En las semanas previas, el Ejecutivo encabezado por la primera ministra Élisabeth Borne se mostró inflexible respecto a estas líneas de bandera a pesar de las grandes movilizaciones organizadas por los sindicatos los pasados 19 y 31 de enero y las llamadas a nuevas manifestaciones y huelgas esta semana (el 7 y el 11 de febrero).
EFE