Con pensiones de jubilación de 20 dólares o menos, o sin acceso a ellas a pesar de estar enfermo y desempleado, un creciente número de peruanos abandona las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) al llegar a la edad de la jubilación, con la esperanza de manejar el ahorro de ‘toda su vida’ mejor que ellas.
El Sistema Privado de Pensiones fue creado en Perú en los años 90, siguiendo el modelo chileno, con la expectativa de ofrecer una mejor pensión que la del sistema público, administrado por la Oficina de Normalización Previsional (ONP), e introduciendo el fondo de capitalización individual por cada trabajador.
Sin embargo, en un país donde siete de cada diez trabajadores está subempleado y las expectativas laborales formales se reducen al alcanzar los 40 años, la modalidad de ahorro individual chocó frontalmente con bajos sueldos y la intermitencia del empleo formal.
A pesar de eso, en los últimos 26 años, las AFP han sumado más de 7,3 millones de afiliados, con un fondo global de 50.000 millones de dólares y una rentabilidad real anual promedio de 6,9 % desde 1993.
EMPEZÓ LA SALIDA
Hace tres años, el Congreso peruano creó el Régimen Especial de Jubilación Anticipada (REJA), que incluyó la posibilidad de que los afiliados retiren el 95,5 % de su fondo al jubilarse (a los 65 años para los hombres y 60 para las mujeres), o incluso unos diez años antes de la edad de la jubilación, lo que llevó a las AFP a alertar sobre una inminente crisis del sistema.
Pero el mercado previsional, en manos de cuatro administradoras, está lejos de paralizarse o quebrar, pues el retiro de fondos de unos 236.000 afiliados solo equivale al 12 % del acumulado total.
«Solamente el fondo se reduce o no crece como antes, lo que pasa es que antes (las AFP) tenían un mercado cautivo, uno no podía sacar su plata bajo ningún esquema. Uno estaba a merced de las compañías de seguros», comentó a Efe el economista Kurt Burneo.
Debido a ese aparente oligopolio, las AFP no tenían un incentivo para mejorar los rendimientos de los fondos, añadió Burneo, por cuya administración, además, cobran comisiones a los afiliados.
«Lo que está haciendo la gente con esos recursos, después de levantar el 95,5 % de sus fondos, es invertir en fierro y cemento, amplían la casa, alquilan, y en esas opciones el flujo de rendimiento es mayor que varias de las que ofrecen las AFP», explicó el también investigador de la escuela de negocios Centrum.
Además, «ellos (los afiliados) tienen y manejan su fondo, tienen y manejan su plata, no lo hacen otros que no necesariamente tienen el mejor cuidado de lo que es el rendimiento del mismo», agregó.
LAS QUEJAS DE LOS AFILIADOS
La principal crítica de la Asociación Peruana de Ex Aportantes a las AFP es que «el fondo no cubre las necesidades básicas» y para tener una pensión «digna» que supere los 950 soles (280 dólares), se tendría que haber aportado más de 200.000 soles (59.000 dólares)», explicó a Efe su presidente, Italo Lezcano.
En la actualidad «hay gente que gana menos de 100 soles (29 dólares), gente que tiene pensiones de 50 soles (14 dólares), gente que tiene pensiones de 20 dólares, es increíble», afirmó.
Entre los 9.000 miembros de esta asociación figuran exaportantes que han perdido su acceso al seguro social, y otros que dejaron de aportar pero quieren reinsertarse en el mercado laboral pero no pueden porque tienen deudas impagas.
Lezcano agregó que «en Perú solo hay tres personas, dentro de los siete millones (de afiliados), que se benefician con pensiones de menos de 350 soles (100 dólares)» por estar en condición de enfermo terminal.
«Si las AFP te dicen que el fondo es bueno, ¿por qué la gente con 65 años retira su fondo?, prefiere jalar (recuperar) su fondo, manejarlo, a seguir viviendo con una pensión miserable», remarcó.
ALTERNATIVAS PARA MANTENER EL SISTEMA
Para Burneo, entre las alternativas que podrían ser adoptadas en la reforma que el Gobierno está planteando al sistema de pensiones está incrementar la competencia y admitir que otras instituciones se constituyan como competidoras de las AFP.
«Creo que introducir elementos de competencia dentro de la oferta de servicios previsionales sería una buena idea», precisó.
En opinión de Lezcano, el dueño del fondo tiene que tener la potestad de manejar su propio dinero en el momento que le parezca oportuno, así como exigir transparencia a las AFP en el manejo de sus inversiones.
Por ese motivo, el representante de los exaportantes confía en reunirse con el presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, para pedirle que se extienda el REJA, que permite el retiro del 95,5 % del fondo individual, más allá de 2020.
«El REJA no tiene por qué desaparecer, ha sido una válvula de escape que ha evitado que esto reviente, como ha sido en Chile porque en Chile no hay eso», anotó.
EFE.