Valle del Cauca, Colombia, 10 septiembre de 2024.- La región del Naya, en los límites entre Buenaventura y el Cauca, enfrenta una grave crisis de seguridad tras la masacre de 12 personas ocurrida en la noche del domingo 8 de septiembre. Este hecho ha encendido las alarmas sobre un posible desplazamiento masivo de las comunidades afectadas por los enfrentamientos entre grupos armados ilegales que operan en la zona. La Comisión Interclesial de Justicia y Paz ha advertido que al menos 74 comunidades se encuentran en alto riesgo de desplazamiento forzado.
Los hechos de la masacre
El trágico suceso tuvo lugar cerca de las 11:00 p.m. en la comunidad de La Sagrada Familia, ubicada en zona rural sobre el río Naya. Según los informes preliminares, cinco mujeres y siete hombres fueron asesinados en medio de un violento ataque atribuido a la disputa entre la guerrilla del ELN y el frente Jaime Martínez de las disidencias de las FARC.
Las comunidades cercanas escucharon las detonaciones y alertaron sobre la grave situación, pero las autoridades no pudieron ingresar a la zona de inmediato debido a las dificultades de acceso y la presencia de grupos armados. La Comisión Interclesial de Justicia y Paz, que ha venido advirtiendo desde julio de los riesgos que enfrentan los habitantes del Naya, señaló la falta de acción preventiva por parte de las autoridades, a pesar de las advertencias sobre el recrudecimiento de las disputas armadas.
Disputa territorial y masacre interna
Aunque se sospecha de la participación del ELN en la masacre, la organización armada emitió un comunicado desvinculándose del ataque. El Frente de Guerra Occidental del ELN afirmó que el crimen fue el resultado de una disputa interna dentro de la estructura de las disidencias de las FARC, conocida como Jaime Martínez, en la que, supuestamente, uno de sus líderes financieros, alias «Tatin», fue asesinado junto a algunos de sus hombres y compañeras sentimentales. Esta versión, sin embargo, no ha sido confirmada por las autoridades.
Levantamiento de los cuerpos por la comunidad
En ausencia de las autoridades para realizar el levantamiento de los cadáveres, fueron los propios habitantes de la comunidad quienes se encargaron de recoger los cuerpos. Según la Comisión Interclesial, algunos de los cadáveres fueron trasladados a López de Micay, mientras que otros están siendo velados en el Naya. Cuatro de las mujeres asesinadas fueron llevadas a Puerto Merizalde, donde esperan la llegada de las autoridades competentes para la práctica de las diligencias correspondientes.
Desde la Secretaría de Gobierno de Buenaventura, se informó que los equipos del CTI de la Fiscalía y la Sijín de la Policía solo podrán ingresar a la zona el martes 10 de septiembre para llevar a cabo el levantamiento oficial de los cuerpos. La Armada Nacional también se comprometió a llegar al lugar para acompañar a los civiles y brindar protección.
Riesgo de desplazamiento y militarización fallida
La Comisión Interclesial de Justicia y Paz ha advertido sobre el riesgo de desplazamiento forzado en la región, que podría afectar a más de 74 comunidades del Naya. Hace mes y medio, el conflicto armado ya había provocado el desplazamiento de 60 personas, y ahora se teme que la reactivación de las hostilidades entre los grupos armados podría desencadenar una nueva ola de desplazamientos.
La militarización fallida de la zona y las constantes infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH) por parte de los actores armados ilegales han dejado a las comunidades atrapadas en medio del conflicto. La Comisión ha denunciado que las medidas de fuerza no han sido suficientes para proteger a la población civil y que es necesario un enfoque más integral que priorice la protección de los derechos humanos y el bienestar de las comunidades afectadas.
Masacre número 47 del 2024
Este trágico episodio eleva a 47 el número de masacres registradas en Colombia en lo que va del año 2024, lo que subraya la grave crisis de seguridad que persiste en varias regiones del país. La falta de acceso por parte de las autoridades y el control territorial de los grupos armados han dificultado la intervención estatal en zonas como el Naya, donde las comunidades siguen viviendo bajo el constante temor de ser víctimas de la violencia armada.
A.U.