Con disparos y vacunas Pájaros Rebeldes y Los Chivos intentan sabotear el pacto

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Redacción Análisis Urbano

El 28 de agosto la Agencia de Prensa Análisis Urbano publicó en exclusiva el ajuste del pacto del fusil al que se llegó la semana anterior tras las reuniones del 23 y el 25 de agosto. En estas, delegados de los jefes de las bandas Pájaros Rebeldes, Los Chivos, San Bernardo, Pesebreros, Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y la Alianza Criminal del Norte (Pachelly, El Mesa, La Oficina del Doce de Octubre, Los Chamizos y Los Chatas), se sentaron para definir el cese de la guerra y reordenar las áreas de control y de finanzas del crimen.

La reunión del viernes 25 de agosto afinó el pacto del fusil —vigente desde el 13 de julio de 2013, luego de la firma entre las estructuras de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, La Oficina del Valle de Aburrá y en menor medida de Los Rastrojos—. El pacto fue ratificado en Santa Fe de Antioquia y fue conocido por algunos periodistas como el pacto de San Jerónimo, entre el 23 y el 24 de julio.

El ajuste al pacto propone respetar las conquistas que se dieron en la guerra y lo que se adquirió, como plazas y vacunas. Otro punto importante de este nuevo pacto es que cambiaría la cartografía criminal en una parte del corregimiento de Altavista y la comuna 16 debido a la entrada de Carlos Chata, jefe de la Alianza Criminal del Norte, cuya intención sería proteger y apadrinar la alianza de Pájaros Rebeldes y Los Chivos.

Todo parecía funcionar bien en el nuevo pacto, sin embargo…

Luego de la división del control del territorio y las actividades delictivas, respetando lo ya adquirido en la guerra de tres meses que se desató en el corregimiento de Altavista y que posteriormente se trasladó a la parte alta de la comuan 16, Los Chivos, al mando de alias Chatán, y Pájaros Rebeldes, con Hugo Pájaro, quienes forman una alianza, no quedaron conformes.

El nuevo pacto exigía que esta alianza entre Pájaros Rebeldes y Los Chivos devolvieran unos territorios a Los Pájaros Pesebreros; acuerdo que ya no quieren respetar. Los territorios serían: Buenavista, Cantarranas, Montenegro y la parte alta del barrio Zafra.

Para demostrar su inconformismo decidieron disparar el 29 de agosto a las 11_20 p. m., y el 30 del mismo mes a las 12:25 p. m., desde el sector de Montenegro al Plan, en Los Alpinos, y de la calle 83 con la carrera 19 al sector de Sucre, sin objetivos específicos, solo estarían llamando la atención para demostrar el desacuerdo con lo recientemente acordado.

Información revelada a la Agencia de Prensa Análisis Urbano apunta a que el tema económico no es un problema para el ajuste del pacto, pero sí lo serían las zonas que antes controlaban y que se exigen sean devueltas a los Pesebreros, así como las vacunas a los transportadores formales e informales de esos territorios. [Leer: Alias Boso, segundo de Los Chivos, habla de vacunas en Belén y Altavista]

Capturado un menor

Ante este conato de rebelión al nuevo pacto, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá no para su accionar contra las bandas y la estructura de las AGC en el corregimiento de  Altavista y la parte alta de la comuna 16. La Agencia de Prensa Análisis Urbano ha conocido de fuentes confiables que se estaría preparando un megaoperativo que sería la continuidad del efectuado al amanecer del 25 de agosto.

Por lo pronto se sabe que en la tarde de hoy, en el sector de El Chispero, en el barrio Buenavista, fue capturado en una vivienda un menor de edad que tenía en su poder un fusil AK 47 con sus respectivos proveedores. Esto reafirma que la guerra se está haciendo con armas de largo alcance y con niños y adolescentes.

Imagen del fusil que fue decomisado al menor de edad en el barrio Buenavista en la comuna 16 (Belén).

Se demuestra entonces que la operación de la Policía Nacional y los esfuerzos del brigadier general Gómez Heredia y del alcalde Federico Gutiérrez, por mantener la ofensiva contra el crimen en el corregimiento de Altavista y en Belén, no ha cesado pese al pacto y sus ajustes.

Nuevo «impuesto de guerra»

Igualmente, Análisis Urbano ha conocido de fuentes cercanas que ante el ajuste en el pacto del fusil y la división del territorio, la alianza entre Los Chivos y Pájaros Rebeldes busca ampliar sus finanzas, razón por la que han gravado un nuevo impuesto en sus territorios bautizándolo «impuesto de guerra». Este, cuya suma son $2.000.000 de pesos, será cobrado por la alianza a cada uno de los comerciantes formales e informarles y los prestamistas de pagadiario.

Mientras la alianza de Los Chivos y Pájaros Rebeldes sabotea el ajuste del pacto —que tiene la bendición del patrón de la Alianza Criminal del Norte, Tom Chata, el patrón de la comuna 10, las AGC y los sectores de la Oficina del Valle de Aburrá—, Los Pájaros Pesebreros piden alojamiento a la comunidad de Belén Zafra y Las Brisas para alojar a sus combatientes, siendo los mayores damnificados con la división del territorio.

¿Hasta cuándo durará el ajuste del pacto del fusil?, nos preguntábamos con el anuncio en exclusiva. Ahora vemos que, aunque en el crimen hay patrones de patrones, patrones y jefes de bandas con mucho poder, hay hombres como alias Chatán y Hugo Pájaro que pueden desobedecer una imposición ordenada por los jefes del crimen urbano-rural.

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