Con el pico de una botella lo mató en un bar; lo condenaron a 8 años de prisión

FECHA:

El encargado de la seguridad en un centro de diversión nocturno fue atacado en la garganta con el pico de una botella por una persona ebria. El homicida aceptó su responsabilidad, reparó a los familiares del fallecido y realizó un preacuerdo con la Fiscalía.

El procesado Ómar Zúñiga Teherán fue declarado penalmente responsable del asesinato de un hombre de 46 años en el interior de un bar del norte de Bogotá, por el cual la juez 14 penal con función de conocimiento de la ciudad lo condenó a 8 años y 8 meses de prisión (104 meses), como autor material.

El crimen ocurrió a principios de este año cuando el agresor sostenía una riña con una mujer, con la cual ingresó al bar y departía amistosamente. Uno de los encargados de la seguridad del sitio intentó proteger a la víctima inicial y sacar al hombre enfurecido, pero este lo atacó con el pico de una botella causándole una herida profunda en el cuello. El guarda falleció por la pérdida de sangre cuando era trasladado al hospital Simón Bolívar.

El confeso homicida fue capturado por la Policía minutos después del suceso en vía pública, y en la ropa que usaba había rastros de sangre.

En las audiencias, la defensa del investigado aseguró que por estar bajo los efectos del alcohol sus actos eran involuntarios, pero la juez indicó que los exámenes de alcoholemia realizados a Zúñiga Teherán salieron positivos en grado uno, y que esto no es motivo para disminuir su culpabilidad.

La jueza aseguró que “es una persona adulta, mayor de edad, pleno de sus facultades mentales, pese a esa embriaguez intentó huir del lugar de los hechos sin mediar en favor de la víctima. Es decir, que tenía conciencia de su ilicitud, es por lo anterior, que (…) el procesado contraviene una norma penal sin ninguna sensibilidad y respeto por sus congéneres”.

El condenado realizó un acuerdo con la Fiscalía para realizar la reparación integral de los familiares de la víctima, tras admitir el delito de homicidio simple. Por el crimen, el hoy condenado cumplirá la pena en centro carcelario. Además por el mismo tiempo, queda inhabilitado para ejercer derechos y funciones públicas.

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