En los mismos terrenos donde los grupos armados incursionaron con homicidios, desapariciones forzadas e incendiaron 25 casas en el pasado, los habitantes del centro poblado La Balsita y la vereda Tocunal vuelven a congregarse. Pero ahora las familias no huyen de sus fincas, sino que salen a reunirse en la cancha polideportiva y la caseta que los integra como comunidad.
Para los campesinos de esta alejada zona rural del municipio antioqueño de Dabeiba estas obras son señales visibles de su recuperación en la que incide el Plan Integral de Reparación Colectiva coordinado por la Unidad para las Víctimas, con la cooperación y cofinanciación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la alcaldía local.
“Sufrimos muchos años por el conflicto y a través de un proceso de identificación de los daños vimos que podíamos recuperar la infraestructura afectada por el conflicto armado con estas canchas polideportivas, casetas. También vimos la necesidad de trabajar el tejido social y por eso incluimos la atención sicosocial y por eso estamos conmemorando la memoria de nuestras víctimas”, relata el líder comunitario Alberto de Jesús Herrera Úsuga.
Cuenta que casi un centenar de familias, incluida la suya, han retornado al centro poblado La Balsita, donde “por fin el Estado esta aquí haciendo obras como son estas obras comunitarias (placas deportivas, casetas, puentes) y otras medidas con las que estamos recuperando las tradiciones que teníamos, como las prácticas deportivas con la cancha y las dotaciones que han llegado a las escuelas de las veredas”.
En la nueva caseta, los líderes locales formados por la Unidad para las Víctimas como “tejedores” para reconstruir su comunidad pintaron más de 100 piedras con diferentes colores y los nombres de sus familiares asesinados y desaparecidos.
Luego, como obra de memoria y parte de la estrategia de rehabilitación comunitaria Entrelazando, las pegaron sobre una losa en el cementerio. En la piedra que pintó María Flor Esmira escribió el nombre de su madre: María Luisa”.
“Un viernes santo hace 19 años llegaron las FARC a la casa y ahí afuera la mataron… por eso hicimos este recordatorio por esos seres queridos que uno perdió y porque esto nos alivia”, dice de pie al lado de la sepultura.
Ella y su familia también sufrieron el incendio de su casa hace 22 años, cuando un grupo de autodefensas incursionó en la zona para enfrentarse a la guerrilla. Allí asesinaron a varios campesinos y prendiendo fuego a 25 casas y negocios, lo que causó el desplazamiento forzado de los pobladores de la Balsita y otras veredas.
María Flor recuerda que “mucha gente que se quedó sin nada se escondió en el monte como tres días sin comida, con lo que llevaban puesto y duraron varios años desplazados”.
Ella retornó y ahora aporta su trabajo comunitario para ayudar a implementar las medidas del plan de reparación colectiva. Dice que “antes que no éramos tejedores no confiábamos en la gente ni los vecinos. Ahora sí estamos viviendo en comunidad y nos estamos uniendo. Hemos sido valientes y resistido, somos sobrevivientes y me siento feliz de estar en mi tierra”.
Reparación física y social
Según Wilson Córdoba Mena, director de la Unidad para la Reparación a las Víctimas en Antioquia, “con estas obras le apuntamos a que recuperen no solo la infraestructura física, sino también los proyectos de vida y el tejido social de sus comunidades, porque el conflicto armado también afectó sus organizaciones sociales que están recuperando”.
Además, destacó que Dabeiba es uno de los 15 municipios en Antioquia priorizados por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) para las zonas más afectadas por la pobreza y el conflicto armado en Colombia.
El director territorial indicó que “con esta focalización la reparación colectiva avanzará más el resto de este año con otras obras comunitarias en las veredas Chamuscados, Montebello, La Paloma y Chachafrutal. A esto se suma la caracterización del daño causado por el conflicto armado que se realizará este mes para la formulación del Plan Integral de Reparación Colectiva del resguardo indígena de Choromandó”.
En Antioquia, la Unidad para las Víctimas cuenta con 53 sujetos de reparación colectiva con medidas como rehabilitación de vías, reconstrucción de escuelas, puentes, parques, dotaciones a centros médicos, juntas de acción comunal, casas de la cultura, grupos artísticos, apoyo a proyectos productivos, microempresas y la recuperación de tradiciones.
