Por solicitud de la Fiscalía General de la Nación, un Juzgado Penal del Circuito de Medellín sentenció a 37 años de prisión a Jorge Eliécer Laforís Aguas, de 48 años de edad, por el homicidio agravado de su excompañera sentimental Dina Merary Cortés Fonseca, de 27 años.
Los hechos investigados se iniciaron el 14 noviembre de 2010, cuando las autoridades hallaron un cadáver de sexo femenino en zona rural del corregimiento San Cristóbal de la capital antioqueña. La víctima, sin identificar, fue encontrada en uns quebrada y presentaba heridas por arma blanca en el cuello y un golpe con objeto contundente en la cabeza.
La identificación de la mujer se logró varios días después porque sus familiares denunciaron su desaparición en capital de la República y mediante un mecanismo de búsqueda urgente, los investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación ubicaron el cuerpo en la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Los investigadores establecieron que Cortés Fonseca salió de Bogotá el 13 de noviembre de 2010, presuntamente a cumplir una cita con el agresor, quien la invitó a conocer a sus padres y para compartirle un dinero que había conseguido. También determinaron que la pareja había terminado su relación afectiva desde septiembre del mismo año y que a partir de ese momento el hombre comenzó a asediar a la mujer.
Días después de la desaparición de la víctima, Laforís Aguas suministró a su familia diferentes y contradictorias versiones sobre su posible paradero. Los investigadores descubrieron además que estando desaparecida la mujer, alguien creó un cuenta ficticia en las redes sociales a su nombre, cuenta diferente a la usada por ella, y en el perfil mencionaba que estaba en la ciudad de Pereira, Risaralda.
En la cuenta también se registraba que su desaparición era voluntaria y que estaba motivada por supuestos desacuerdos con su madre. Para reforzar la teoría de que aún estaba viva, se usaron fotos de sus hijas en el falso perfil.
La Fiscalía también comprobó que después de la muerte de Dina Merary, alguien se hizo pasar por ella y consignó algunos dineros para la manutención de sus hijos. Las consignaciones se hicieron desde la capital de Risaralda, lugar visitado frecuentemente por el sentenciado con fines laborales.
La decisión de primera instancia fue apelada por la defensa ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín; entre tanto Laforís Aguas continúa prófugo de la justicia.