Madrid, 19 octubre.– Más de una treintena de municipios con 5.637.023 de habitantes en total empiezan la semana con un confinamiento perimetral al que desde este lunes se suman Burgos y el municipio «reincidente» de Aranda de Duero, que ya estuvo cerrado en verano, mientras que podrán salir de sus poblaciones los vecinos murcianos de Lorca y Jumilla.
Además, a un paso del confinamiento parece estar Logroño, pero la decisión del cierre se tomará más adelante, en función de los resultados de un cribado que se realiza en estos días, mientras que en Cantabria o Navarra sus gobiernos autonómicos recomiendan el autoconfinamiento, pero sortean de momento los cierres específicos.
Están confinadas en la Comunidad de Madrid en total unas 4.749.000 personas, de ellas 4.591.299 bajo el decreto del estado de alarma, que afecta a 3.266.126 personas en la capital y a Alcobendas (117.040), Alcorcón (170.514), Fuenlabrada (193.700), Getafe (183.374), Leganés (189.861), Torrejón de Ardoz (131.376), Móstoles (209.184) y Parla (130.124).
Al margen de las medidas impuestas por el Gobierno central, la Comunidad de Madrid impone restricciones en áreas sanitarias de otros siete municipios de menor tamaño, donde hay casi 157.500 personas que tampoco pueden salir de su zona.
Se trata de las poblaciones Villa del Prado (6.520), Humanes (19.743) y Arganda del Rey (55.389), además de los barrios de Reyes Católicos (San Sebastián de los Reyes), donde viven aproximadamente 20.900 personas; Sierra de Guadarrama (Collado Villalba), con unos 15.200 afectados; Colmenar Viejo Norte (Colmenar Viejo), con 18.400 afectados; y Valleaguado en Coslada, con unos 21.300 residentes.
En Castilla y León, 618.000 personas, es decir, una de cada cuatro en la región, no pueden salir de su población sin causa justificada. La medida la estrenan hoy los 175.821 burgaleses y también regresan a la restricción 32.856 personas en Aranda de Duero.
Ya estaban afectados Salamanca, con 144.228 habitantes, León (124.303), y Palencia (78.421), al igual que la burgalesa Miranda de Ebro (35.000), el municipio leonés de San Andrés de Rabanedo (30.000), y San Pedro Latarce, un pequeño pueblo de Valladolid de menos de quinientos vecinos.
Además, la localidad de Pedrajas de San Esteban, de 3.300 habitantes, afronta su quinta semana confinada, situación de la que ya salieron Íscar, de 6.300 vecinos, y Medina del Campo, con 20.000.
En el caso de Galicia, el confinamiento perimetral afecta a 134.048 personas, la mayoría en Ourense capital (105.233) y en Barbadás (11.037 habitantes). Tampoco se puede salir de O Carballiño (14.027 habitantes), O Irixo (1.466) y Boborás (2.285).
Esta provincia gallega es el territorio de España con medidas más duras en las relaciones sociales, pues no se pueden mantener reuniones con personas no convivientes. Además, el consumo en el interior de bares y cafeterías está vetado.
En Andalucía queda confinada Écija (Sevilla), con 39.873 vecinos; Almodóvar Del Río (Córdoba) -7.937- y Linares (Jaén) -57.414-, pues ya salió del confinamiento la localidad sevillana de Casariche.
La Junta ha acordado para Granada y los 32 municipios de su área metropolitana el cierre de bares y locales comerciales a las 22.00 horas con reducción de aforo al 50 % y un máximo de 6 personas por mesa, así como el cierre de mercadillos y parques públicos.
En Murcia han salido de las restricciones de movilidad Jumilla y Lorca, con lo que ya solo quedan confinadas 47.000 personas total: 31.000 personas en Totana, 10.000 en Fortuna y 6.000 en Abanilla.
En Cataluña, donde la pandemia sigue creciendo sin control, no se han adoptado restricciones la movilidad, pero ya están cerrados durante 15 días sus bares y restaurantes, una medida a la que se sumará el cierre durante la noche -de 22 a 7 horas- de los comercios que abren las 24 horas del día y las tiendas anexas a gasolineras.
Todas estas medidas, que afectan en total a 36 municipios, de los cuales 16 están en Madrid y 9 en Castilla y León, buscan evitar una vuelta a los confinamientos domiciliarios, en la misma línea que Europa, donde se endurecen las restricciones y se ha llegado a adoptar incluso toques de queda como en París.
EFE