Izalco (El Salvador), 22 de enero de 2022 – Con una ceremonia ancestral y con pedidos de protección a la madre tierra, miembros de los pueblos originarios del occidente de El Salvador conmemoraron este sábado el 90 aniversario de la masacre indígena y campesina de 1932, perpetrada por órdenes del general y brigadier Maximiliano Hernández Martínez (1935-1944).
El rito se llevó a cabo en las ruinas de la iglesia La Asunción, conocidas como El Llanito, en el municipio de Izalco a 65 kilómetros de la capital, lugar donde se encuentran enterradas algunas de las víctimas.
La ceremonia comenzó con un saludo a los cuatro puntos cardinales, luego se procedió al encendido del «fuego sagrado» y posteriormente se lanzó al fuego velas de distintas colores y se pidió por la madre tierra, por los «altares y sitios sagrados» y por los ríos y lagos.
«Hoy recordamos a nuestros hermanos masacrados para que no olvidar su memoria (…) ellos están aquí con nosotros y por eso les rendimos este fuego», dijo durante el rito Tata Antonio, quien presidió la actividad y que es originario del occidental municipio de Nahuizalco.
El acto, que duró un poco más de dos horas, concluyó con una invocación al universo, a los ancestros y a los espíritus que guían el caminar.
La ceremonia de este sábado fue precedida por una caminata con antorchas por todo el municipio de Izalco la noche del viernes para recordar a los asesinados.
La matanza se dio tras una insurrección popular, encabezada por indígenas y campesinos, suscitada en rechazo a una reforma que los despojó de sus tierras comunales y a un fraude electoral.
Entre enero y febrero de 1932, el general Hernández Martínez aplastó una insurrección indígena y campesina causando entre 25.000 y 32.000 muertos, según diversas fuentes.
La Dirección General de Estadísticas y Censos de El Salvador (Digestyc) reveló, en un estudió realizado en 2007, que en el país centroamericano hay alrededor de un millón de indígenas que representan el 17 % de la población.
Los pueblos indígenas de El Salvador incluyen a los náhuas, pipiles, lencas, kakawiras y maya chortís.
Los 90 años de la matanza coinciden con la beatificación este sábado de los curas Rutilio Grande (salvadoreño), Cosme Spessotto (italiano) y de los laicos Nelson Lemus y Manuel Solórzano, todos asesinados por escuadrones de la muerte en el contexto de la guerra civil (1980-1992).
EFE