Quito, 13 octubre.– La presencia de contadores de historias es una de las novedades que incorpora el Festival Latinoamericano de Cine de Quito (FLACQ) que, en su VII edición, busca sacar el patrimonio fílmico de Ecuador de las bóvedas a través de un formato virtual debido a la pandemia del COVID-19.
Se trata de una exposición de filmes, fragmentos de archivo y cortometrajes nacionales que llegarán al público entre el 15 y el 22 de octubre.
Con el apoyo de la dirección de Fomento cultural de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y su Cinemateca Nacional Ulises Estrella, el festival gratuito busca adaptarse a la nueva coyuntura mundial e innovar en su forma de presentación, según el director de la Cinemateca, Diego Coral.
«Esta edición es diferente porque integramos una sección innovadora llamada «Contadores de películas» que busca la preservación y difusión del patrimonio fílmico», dijo Coral a Efe.
En el FLACQ, que se celebra anualmente desde 2013, se proyectarán 19 cortometrajes de ficción y tres fragmentos de archivo de películas.
El Festival se inaugurará con «Big Bang», el largometraje del cineasta ecuatoriano Wilson Burbano, que ha ganado reconocimientos como mejor película experimental en festivales de cine en México y en Suiza.
El FLACQ, nació en la Cinemateca Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 2013, como la única ventana de difusión en ese momento en el país dedicada al cine de ficción latinoamericano, que han podido apreciar más de 33.000 espectadores.
TRADICIÓN DE LOS BENSHIS
La nueva sección surge no solo por el confinamiento -comenta Coral- sino también por el ánimo de impulsar que el patrimonio fílmico «salga de las bóvedas» y más gente lo conozca, de la mano de actores y actrices que contarán, de manera lúdica, fragmentos de películas antiguas del país andino.
Esta propuesta del festival toma su nombre de la antigua tradición japonesa de los Benshis, narradores que leían los rótulos de las películas en voz alta para quienes no podían comprenderlos.
Los Benshis también comentaban detalles de la cultura y de la trama de los filmes que se proyectaban.
«Nuestros ‘benshis andinos’ tienen una función más creativa, ellos van a reinterpretar las imágenes en vivo y en directo. No solo nos contarán lo que ven a primera vista», detalló el director.
Entre las cintas que interpretarán los artistas figura «El terror de la frontera», el filme ecuatoriano de ficción más antiguo que conserva la Cinemateca Nacional del Ecuador.
Esta producción casera, realizada en 1929 por un grupo de jóvenes de clase alta de la ciudad andina de Ambato y otros de Quito, «nunca fue exhibida en salas de cine» y será interpretada por la actriz Gio Valdivieso, explicó Coral.
CONCURSO DE CORTOMETRAJES
El FLACQ presentará 19 cortometrajes de cineastas ecuatorianos seleccionados de entre 150 postulaciones, debido a su estética, el cuidado de los detalles, el atractivo visual, los planos elaborados y el rigor narrativo.
Los 19 cortometrajes de ficción compiten en cuatro categorías en el festival: tristeza, regresar a ver, el origen y violencia.
Una vez proyectados los cortometrajes, se abrirá un conversatorio con los directores de cada categoría para discutir sobre las piezas audiovisuales.
El jurado para el concurso de cortometrajes está integrado por los ecuatorianos Juan Carlos Cucalón, escritor y crítico de cine; Cristina Castillo, productora de cine, y Juan Sebastián Jácome, guionista y director de cine.
Coral afirmó que uno de los principales obstáculos para realizar el festival ha sido encontrar los mecanismos logísticos y económicos, pues se organizó sin presupuesto operativo, por los recortes a la cultura.
«En principio tuvimos 10.000 dólares para hacerlo, luego se recortó progresivamente. Cuando llegamos a 2.500 dólares aún teníamos la esperanza de realizarlo. Después lo recortaron por completo y pensamos en cancelarlo, pero nos adaptamos y lo sacamos a adelante», dijo orgulloso Coral.
EFE