Redacción AnálisisUrbano.com
El 6 de mayo de 2014, esta agencia de prensa denunciaba que en la cárcel de El Pedregal, ubicada en el corregimiento de San Cristóbal, se presentaban situaciones anómalas, muchas de las cuales comprometían la vida de 35 internos que fueron miembros de la Policía Nacional de Colombia, el artículo titulaba: ¿Qué está pasando con los policías recluidos en la cárcel de El Pedregal?
Un año después se esperaría que la falta de seguridad dentro de la cárcel ya se hubiera superado. Hoy, 14 de julio de 2015, Análisisurbano.com denuncia que la problemática de violencia sigue reinando en ese recinto carcelario. Esta vez se presenta en el Patio C, lugar que tiene 54 celdas y en cada una de ellas conviven cinco internos, para un total de 270 personas que están allí purgando penas por diversos delitos.
En el mencionado patio se vive en permanente tensión, ya que allí hay miembros de la guerrilla de las FARC y el ELN, se calcula que su número es de 25 a 30, además están miembros de Los Urabeños, La Oficina, Los Rastrojos y delincuencia común, sumándole a eso que las penas oscilan entre tres y diez años, otras son de 30, 40 y hasta 50 años, lo que hace que la convivencia sea más difícil por el estrés que generan las penas más altas.
Los conflictos se presentan casi a diario, sin embargo, desde diciembre las tensiones se han elevado de forma tal que se han presentado enfrentamientos entre miembros de los grupos, se ha visto como los de la guerrilla se han enfrentado con Los Rastrojos, los Gaitanistas, y La Oficina. Posteriormente se enfrentaron Los Rastrojos y Oficina contra los miembros de la guerrilla y recientemente ha habido cambio en las alianzas entre internos.
Es necesario precisar que las peleas no son a golpes, por inverosímil que parezca las mismas se han presentado con armas blancas que los internos han bautizado como las ‘machetas’, fabricadas por los mismos reclusos con pedazos de los marcos de las rejas de las ventanas a las cuales le sacan punta y tubos para la conducción de energía, los cuales aplastan hasta dejarlos planos y después les sacan filo. Hay machetas que alcanzan hasta un metro de largo. Hay serios indicios que en el Patio C, podrían haber más de cien ‘machetas’ en poder de los internos.
Los últimos hechos violentos se registraron los días 12 y 13 de julio. El antecedente fue hace ocho días cuando un presunto miembro de La Oficina fue herido con arma blanca por un miembro de Los Rastrojos.
Aquí la frase: “los enemigos dejan de ser enemigos y los amigos dejan de ser amigos” aplica, pues la cárcel es otro mundo y los gobernantes no lo han entendido. El Estado social de derecho, allí ha desaparecido.
Al parecer la lucha entre bandos no solo radica por las disputas militares que se presentan afuera, aquí también pesa el hecho de que el patio no tiene un grupo que tenga la hegemonía por eso el afán de controlar el Patio C, es evidente.
¿Qué hace la dirección del Centro Penitenciario El Pedregal y la guardia del Inpec?
Pareciera ser que la única salida que ven viable es la de la represión, solo ven efectiva la utilización de gas lacrimógeno, garrote y más encierro y el castigo más severo contra cualquier interno, quitar el ingreso de las visitas, el único aliciente que tienen para llevar un poco más tranquila la condena.
Es claro que muchos funcionarios del Inpec y de la dirección de la cárcel hacen bien su trabajo, lamentablemente la cárcel de El Pedregal no ha podido tener el privilegio de contar con un director o directora que vea más allá de las acciones represivas para solucionar los graves problemas que aquejan al centro penitenciario.
¿Será muy difícil que se organicen internamente los patios?
¿Será que la dirección de la cárcel no podría redistribuir a los internos, teniendo en cuenta a qué estructura pertenece y a la pena que cada uno tiene?
¿Será que están esperando a que salgan personas asesinadas?
La convivencia carcelaria es importante no solo para la tranquilidad de los internos, aquí se debe pensar en las familias, los guardianes y la sociedad, entre otros. ¿Será que la directora de El Pedregal, Liliana María Vélez Gutiérrez, lo podría entender?