Rabat, 8 de octubre de 2021.- El rey Mohamed VI pidió al nuevo Gobierno marroquí diseñar un «sistema nacional integrado» para crear una «reserva estratégica de productos básicos, particularmente alimentarios, sanitarios y energéticos», después de que la pandemia haya puesto de relieve la necesidad de reforzar su soberanía.
El monarca se refirió a esa reserva en su tradicional discurso de apertura del año legislativo ante el Parlamento marroquí y los miembros del nuevo Gobierno del país, que hoy tomaron posesión de sus cargos.
A diferencia de los últimos dos discursos, en los que tendió la mano a Argelia y zanjó la crisis con España, el monarca no mencionó esta vez los asuntos de política exterior de Marruecos, como la ruptura de relaciones de Argel con Rabat o la reciente sentencia de la justicia europea anulando sus acuerdos agrarios y de pesca a causa del Sahara Occidental.
La apertura del Parlamento se produce menos de 24 horas después de que ayer el rey nombrara al nuevo Gobierno marroquí, que será presidido por el liberal Aziz Ajanuch y por primera vez en una década no estará dirigido por los islamistas del PJD, ahora en la oposición.
Por segundo año, Mohamed VI se dirigió a los diputados de forma telemática, como medida de prevención ante el coronavirus y con el país recién salido de la tercera ola de la pandemia.
Acompañado por su hijo, el monarca destacó que durante la pandemia Marruecos ha conseguido «gestionar sus necesidades y proveer sus mercados con productos básicos en cantidades suficientes», mientras que otros países se han enfrentado a «grandes dificultades».
Sin embargo, para el rey la crisis ha puesto de relieve la necesidad de crear una reserva de materiales básicos que, según dijo, tendría como finalidad «reforzar la seguridad estratégica del país», centrado en defender sus «intereses supremos» en «una coyuntura cargada de múltiples retos, peligros y amenazas».
Mohamed VI destacó la «excelente organización» de las elecciones del pasado 8 de septiembre que dieron lugar al nuevo Gobierno, el cual encarna, dijo, «la natural alternancia de la gestión de la cosa pública».
«Lo que más importa no es la victoria de tal o cual formación política, porque para nosotros todas son iguales», añadió.
Otro de los retos que llamó a abordar en el nuevo año parlamentario y en la nueva legislatura es la «reactivación de la economía» de Marruecos, aunque precisó que vive «una reactivación palpable» a pesar de la crisis.
Citó para argumentar esa afirmación el crecimiento del 5,5 % esperado para 2021 -«una de las (tasas) más elevadas a escala regional y continental»-, el aumento del 17 % del sector agrícola para este año por los buenos resultados de la campaña y «un sensible crecimiento» de sectores como la automozión o el textil.
Con este nuevo año parlamentario se estrena en Marruecos un Ejecutivo compuesto por dos partidos de corte liberal y un tercero nacionalista conservador, que gobernarán sin los islamistas del PJD tras diez años en el poder.
La renovación del Gobierno se ve con esperanza por parte de las organizaciones de defensa de los derechos civiles, aunque estos avances no se recogen en los programas políticos del tripartito.
Las reivindicaciones se centran en reformar el Código Penal, que castiga comportamientos considerados ilícitos por la religión, como el adulterio, el aborto y la homosexualidad, y el Código de Familia, que permite con condiciones la poligamia o el matrimonio de menores y otorga solo un tercio de la herencia a las mujeres.
Se espera que el nuevo Gabinete liderado por Ajanuch, el segundo hombre más rico de Marruecos después del rey, publique en los próximos días sus líneas de gobierno en un documento que será sometido al Parlamento y en el que detallará sus intenciones en materia económica, social y de derechos.
María Traspaderne
EFE