Bogotá, 12 diciembre de 2024.- Decenas de personas hicieron un plantón al frente del Cementerio Central de Bogotá en el que denunciaron la «grave crisis» del sector salud en Colombia, que afecta a pacientes, médicos y enfermeras, así como a las entidades prestadoras de este servicio porque no les llega el dinero girado por el Gobierno, denunciaron.
«Estamos aquí haciendo un llamado de atención para buscar soluciones, exigir, pedir soluciones para un sistema de salud que está agonizando», dijo a EFE Luz Victoria Salazar, presidenta del Observatorio Interinstitucional de Enfermedades Huérfanas.
El plantón ocurre en momentos en que el Congreso colombiano discute una nueva reforma a la salud, iniciativa que ya fue aprobada en el primer debate en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, después de que el anterior proyecto de ley se hundiera en la legislatura pasada.
La polémica reforma anterior, que suscitó críticas de amplios sectores, se hundió en una de sus fases preliminares de tramitación, cuando nueve congresistas de la Comisión Séptima del Senado votaron una ponencia para archivar definitivamente la iniciativa.
A lo que se suma que la mayoría de entidades promotoras de salud (EPS) privadas están intervenidas por el Gobierno debido a sus dificultades financieras.
«No queremos que los pacientes lleguen aquí, al cementerio. Queremos que se preserve la vida y que se den soluciones para que el sistema de salud no vaya en picada como está yendo», explicó Salazar, quien recordó que el sector termina este año con un déficit de más de 11 billones de pesos (unos 2.512 millones de dólares de hoy).
Salazar remarcó que en Colombia «hay un problema estructural que es la falta de financiación. Los dineros no son oportunos, tampoco son suficientes y tampoco están llegando adecuadamente a quienes los tienen que recibir como IPS y las EPS».
Las EPS son empresas que hacen de intermediarias entre el Estado y los pacientes para la prestación de servicios de salud, por los cuales reciben transferencias de dinero público.
Para Salazar los enfermos están muy interesados en que su tratamiento no se vea interrumpido: «Al paciente le interesa que se siga con sus procesos, que no se interrumpa su ‘gotica de vida’, porque a ellos lo que le están entregando con cada medicamento es vida y cuando no se le entrega, la desesperanza llega».
Las personas que participaron en el platón, entre ellos pacientes aquejados por enfermedades raras, coincidieron en que no quieren seguir muriendo por la falta de servicios, atención y medicamentos, algo que se ha acentuado en los últimos tiempos.
EFE