San Salvador, 28 diciembre.- Las lluvias que se generaron este año por la tormenta tropical Cristóbal y por los huracanes Amanda, Eta e Iota profundizaron más la crisis en la que ya se encuentra el sector cafetalero de El Salvador, aseguró en una entrevista con Efe el presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador, Omar Flores.
Cristóbal y Amanda impactaron con más fuerza a El Salvador entre mayo y junio de este año, en comparación de Eta e Iota. Sin embargo, la abundante humedad en los cafetales llevaron a pérdidas considerables, dijo Flores.
A esto se suma los efectos generados por la pandemia del coronavirus, que causó, principalmente, una caída en las exportaciones del grano de oro, que fue por muchos años el rubro más rentable del país centroamericano, debido al cierre de las fronteras terrestres y marítimas en buena parte del mundo.
EL CAFÉ, SU HISTORIA Y SU IMPORTANCIA
El caficultor comentó a Efe que la mayoría de la infraestructura del país «se construyó producto de los impuestos y las divisas del café».
Por ejemplo, señaló Flores, el Teatro Nacional, ubicado en pleno corazón de San Salvador, algunas hidroeléctricas y algunas carreteras importantes del país fueron construidas con dinero que generaba la exportación del café.
«El sector ha venido en un deterioro, la mejor cosecha del país fue en el período 1992-1993 con 4 millones quintales (…) el área territorial del bosque era de alrededor de 234.000 manzanas (164.970 hectáreas) de café y ahora anda por las 150.000 manzanas (105.750 hectáreas)», explicó.
Señaló que el deterioro en el sector también es «producto de no haber existido en los últimos 30 años políticas de café de los Gobiernos, hay una disminución en todo y se debe, básicamente, a la falta de financiamiento para renovar (los) cafetales».
Flores indicó que la crisis empeoró también en el 2013 debido a los efectos causados por el fenómeno de la roya, un hongo considerado como el más catastrófico para las plantas de café y otras.
«Antes de la roya se tenía una producción de 1,7 millones de quintales, viene la roya y nos lleva a bajar la producción a unos 700.000 quintales, un 60 % aproximadamente de disminución, y la crisis se profundiza aún más con la caída de los precios internacionales y las deudas de los caficultores», apuntó.
El presidente de la Asociación Cafetalera aseguró que apostar al bosque cafetalero del país traería beneficios a toda la población, ya que «es a través de este que el agua que llega a todas las poblaciones y en la manera que este bosque se vaya perdiendo menos agua está llegando al subsuelo».
«Así como sabemos que hay países que están ya con situaciones que no tienen agua, pues ese mismo camino vamos a llevar nosotros sino cuidamos el bosque cafetero (…) el bosque cafetero es donde está la fauna y la flora, la biodiversidad del país y es el bosque también el que produce oxígeno, el que limpia toda la contaminación del monóxido de carbono», subrayó.
LA PANDEMIA Y LAS LLUVIAS
«Las tormentas Amanada, Cristóbal, Eta e Iota vienen a profundizar más la crisis, en el sentido de que los daños que hay en los cafetales por los tormentas hace que se pierdan aproximadamente 150.000 quintales de café y además se propicia el avance de la roya por la situación de humedad», comentó Flores.
Indicó que en el caso de la pandemia «ha afectado en cuanto a las exportaciones debido a la situación de cierre de aduanas y embarcaderos».
A raíz de lo anterior, en la producción 2019-2020 se recolectaron 596.920 quintales de café y el pronóstico para el período 2020-2021 es una cosecha de 650.000 quintales.
En cuanto a las exportaciones, en el período 2019-2020 se exportaron 86,9 millones de dólares, unos 17,5 millones de dólares menos que en el lapso 2018-2019 cuando alcanzaron los 104,4 millones de dólares.
INVERSIÓN EN TECNOLOGÍA
Flores considera también necesario incentivar el uso de la tecnología en el sector para la investigación y para la creación de nuevas variedades de café que resistan a los efectos del cambio climático.
«El país adolece de tecnología. De una institución que dé la dirección hacia dónde tiene que ir el café, haciendo investigaciones genéticas sobre el café, que para El Salvador debe garantizar que sea resistente a las enfermedades, al cambio climático, pero que sea alta calidad», dijo.
Aseguró que «al ir renovando con nuevas variedades de café, resistentes al cambio climático, a enfermedades, se va tener altas producciones y con variedades de calidad».
El Salvador exporta su café a Estados Unidos, Alemania, Italia, Reino Unido y Japón, y las variedades más consumidas son el bourbon, pacas y pacamara.
«Nuestro café es reconocido como un café de calidad, he visto encuestas en donde los puntajes de El Salvador, en muchos casos, andan arriba de Colombia», agregó.
Sara Acosta