La Habana, 22 de diciembre de 2021 – El Museo Casa de la Obra Pía en La Habana Vieja acoge desde este miércoles la exposición fotográfica del argentino Óscar Pipkin que inmortaliza la única vez que la prima ballerina assoluta cubana Alicia Alonso y el bailarín ruso Rudolf Nureyev compartieron escenario hace 31 años.
Las cerca de 20 imágenes muestran la interpretación que ambas figuras de la danza hicieran de «Poema del amor y el mar», coreografía de Alberto Méndez con música del compositor francés Ernest Chausson, en Palma de Mallorca, recogidas por el artista residente en España cuando fue enviado por la agencia Efe a cubrir ese evento.
«El valor histórico-emotivo solo lo da el hecho de estar regalando estas fotos a la familia Alonso», declaró Pipkin a Efe después de inaugurar la muestra, que seguirá hasta el 14 de enero de 2022 en el museo habanero.
La exposición está organizada, entre otras instituciones, por el Ballet Nacional de Cuba, el Museo Nacional de la Danza, la Oficina del Historiador de la Ciudad y coauspiciado por la Oficina Cultural de la Embajada de España.
Alicia Alonso, falleció el 17 de octubre de 2019, pero dejó para la posteridad una virtuosa carrera artística, marcada por su talento interpretativo, combinado con su legado coreográfico y pedagógico.
Debutó en Broadway en 1938. Se quedó casi ciega a los 20 años después de sufrir un doble desprendimiento de retina, y bailó casi toda su vida guiándose por las luces sobre el escenario, según su segundo esposo y director del Museo Nacional de la Danza, Pedro Simón.
A los 74 años dejó de bailar, aunque estuvo al frente de la prestigiosa compañía de ballet clásico que fundó en 1948 con su entonces esposo Fernando Alonso y su cuñado Alberto Alonso.
La institución, renombrada luego como Ballet Nacional de Cuba, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 2018 por ser «máxima expresión de la escuela cubana de ballet», condición extendida al repertorio de la compañía, su archivo de imágenes, los objetos y documentos relacionados con la institución.
Uno de sus personajes emblemáticos fue la del famoso ballet «Giselle» que la encumbró dentro de las figuras imprescindibles de la danza mundial en el siglo XX.
EFE