La Habana, 5 febrero.- Las autoridades sanitarias de Cuba reportaron este viernes 845 nuevos casos de covid-19, más del 40 % de ellos en La Habana, convertida otra vez en el epicentro de la pandemia y donde a partir de hoy rige un toque de queda nocturno.
El país acumula desde marzo pasado 31.190 contagios y 229 fallecidos, cuatro de ellos en la última jornada.
El director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán, alertó en su comparecencia diaria de que en los cinco primeros días de este mes se acumulan 3.598 contagios, la misma cantidad que en todo diciembre, a lo que se suma la cifra más alta de personas en terapia intensiva desde el comienzo de la pandemia.
En hospitales cubanos hay internados 14.004 pacientes: 5.544 casos activos -29 en estado crítico y 34 graves-, 3.100 con síntomas sospechosos y el resto en vigilancia epidemiológica.
De los 845 nuevos positivos, detectados tras procesar 18.017 pruebas PCR, 819 son casos autóctonos y 26 importados.
Por provincias, La Habana notificó 346 nuevos confirmados en la última jornada, y las orientales Santiago de Cuba y Guantánamo, 200 y 94, respectivamente.
Estas tres regiones concentran la mayoría de los nuevos contagios en todo el país, según datos oficiales.
La actual tercera ola de la pandemia provocó el retroceso en la desescalada en casi todo el país excepto -de momento- en tres provincias, con medidas para frenar los contagios como el cierre de los centros educativos, bares, restaurantes y playas, y restricciones en el horario del transporte público.
En la capital cubana entra en vigor esta noche y por tiempo indefinido un toque de queda desde las 9 de la noche hasta las 5 de la mañana. El doctor Durán advirtió hoy de que «tal vez sea necesario aplicar» próximamente nuevas medidas de mitigación.
Cuba desarrolla cuatro candidatos vacunales contra la covid-19, que están en una fase intermedia de ensayos clínicos.
El país no ha adquirido dosis en el mercado internacional ni forma parte de los 33 países latinoamericanos que se han sumado al mecanismo COVAX, creado con el auspicio de la Organización Mundial de la Salud para favorecer un acceso equitativo a las vacunas para naciones de ingresos medios y bajos.
