De Jaime Enrique Quintero Cano no se volvió a saber nada desde marzo de 1995. El último día que sus familiares lo vieron con vida fue el 1 de marzo de ese año; esa mañana él se despidió de su esposa e hijos y se dirigió a la Cuarta Brigada del Ejército con sede en Medellín.
Quintero, que contaba con 25 años de edad, no tenía la libreta militar y se la estaban exigiendo para contratarlo en un trabajo. En la brigada lo dieron como apto y lo reclutaron de inmediato, sin atender que era la cabeza de una familia compuesta por ocho hijos.
Uno de esos hijos, que para la época tenía apenas dos años de edad, es Juan Fernando Quintero, el reconocido futbolista de la Selección Colombia que hoy juega en el River Plate de Argentina. Hoy, casi 25 años después de la desaparición de Jaime Enrique Quintero, el tema generó polémica nacional tras las declaraciones de sus familiares, entre ellos Juan Fernando, al conocer que aquel capitán –Eduardo Enrique Zapateiro– con quien supuestamente su padre tuvo un altercado antes de desaparecer, había sido designado por el presidente Iván Duque como comandante del Ejército Nacional.
De acuerdo con los familiares de Quintero Cano, este se comunicó con ellos el 2 de marzo y les dijo que iba a ser trasladado a la sede de la Décima Séptima Brigada en Carepa, Antioquia; desde ese momento, afirman, nunca más tuvieron contacto con él.
Ante la insistencia de la familia Quintero por conocer el paradero de Jaime Enrique, en el Ejército les informaron que Quintero Cano había tenido un inconveniente con un capitán, por lo que había sido devuelto a Medellín en un bus de servicio intermunicipal. Pero su rastro desde entonces es una incógnita.
“Nosotros no queremos ser revictimizados contando la historia de la desaparición de mi hermano, llevamos más de dos décadas narrándola para nada, aquí no ha habido justicia, no nos han reparado y no sabemos la verdad de lo que le pasó a él”, dijo a EL TIEMPO Silvia Quintero Cano.
La tía del futbolista afirmó que si Juan Fernando no fuera una figura pública la desaparición de su hermano pasaría inadvertida. Y añadió: “Como familia, sentimos que (Iván) Duque y (el general) Zapateiro vienen minimizando la situación. No hay ningún documento firmado por mi hermano que demuestre que él salió del batallón”.
En 1995 la familia instauró denuncia ante la Fiscalía de Medellín y hoy, según fuentes del ente acusador, el proceso está en el despacho de un fiscal de derechos humanos de Bogotá y está en etapa de indagación previa.
El funcionario tendrá que definir si hay nuevas evidencias que puedan impulsar la investigación e incluso si llama a declarar a las personas mencionadas en medio de la polémica.
En 1997 la familia instauró una demanda ante el Tribunal Administrativo de Antioquia contra el Ministerio de la Defensa y el Ejército en el que exigían ser “reparados” por los perjuicios morales y materiales que les trajo la desaparición. El Tribunal, en un fallo de marzo de 2001, exoneró al Ejército, y en esa decisión, que no hace parte de un proceso penal sino administrativo, sustenta Zapateiro su inocencia. Igualmente, el Ejército hizo referencia a un pronunciamiento de la Procuraduría Delegada para la Defensa de los Derechos Humanos que consideró que no había evidencias que vincularan al oficial con la desaparición.
El volante del River Plate se pronunció el lunes a través de su cuenta de Twitter por el nombramiento de Zapateiro como comandante del Ejército, y afirmó: “Tengo el derecho como hijo a saber qué pasó con mi padre y eso es lo que quiero saber, porque he sufrido y he visto a mi familia sufrir problemas mentales y la ausencia de mi papá siempre. (…) Solo quiero saber qué pasó”.
El nivel de la polémica fue subiendo con el paso de las horas y el presidente Duque y el propio general Zapateiro hablaron con el futbolista y, según trascendió, manifestaron su intención de apoyar las investigaciones para que los hechos puedan ser aclarados.
Tomado de El Tiempo