Más de 400 personas, habitantes de Cáceres y Caucasia, en el Bajo Cauca antioqueño, se vieron obligadas a abandonar sus inmuebles y demás propiedades para buscar un lugar donde puedan salvaguardarse de las balas.
Según información suministrada por las víctimas, el desplazamiento obedece a los enfrentamientos entre los Caparrapos, antiguos Chepes y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, lo que tiene en zozobra a los lugareños de tres veredas de ese municipio, Alto Tamaná, El Tigre y Ponciano, quienes se movilizaron al casco urbano.
Asimismo, de la vereda Puerto Colombia, de Caucasia, se desplazaron cerca de 200 personas hacia el casco urbano, según confirmó Jorge Mario Alzate Maldonado, director de la Unidad de Atención a Víctimas en Antioquia. Las causas son las mismas: enfrentamientos entre Caparrapos y las AGC.
Las autoridades en Antioquia confirmaron que en pocas horas llegarán las ayudas para estas personas desplazadas y que la Fuerza Pública ya se desplazó hacia estos lugares para controlar los enfrentamientos y brindar protección a las familias afectadas.
José Mercedes Berrío, alcalde de Cáceres lamentó los desplazamientos y pidió a la fuerza pública retomar el control de la situación y del territorio.
Días atrás, la Organización Indígena de Antioquia, OIA, denunció en su sitio web que más de 70 familias indígenas del pueblo Zenú estaban en riesgo inminente de desplazamiento por amenazas de enfrentamientos de grupos armados al margen de la ley.
La OIA asegura que el Bajo Cauca es territorio objeto de disputa entre actores armados que se disputan el control territorial, generando temor en los habitantes rurales, por lo que hizo un llamado a la Defensoría del Pueblo, a la Contraloría General de la República, a la Procuraduría General de la Nación y a la Gobernación de Antioquia para que adelanten medidas de atención a la población civil.