Buenos Aires, 4 sep – El público argentino y latinoamericano recuerda este miércoles, al cumplirse diez años de su muerte, a Gustavo Cerati, líder del grupo Soda Stereo y uno de los rockeros más carismáticos de la región, con canciones como ‘Persiana Americana’, ‘De música ligera’ o ‘Prófugos’.
«Me verás volar por la ciudad de la furia, donde nadie sabe de mí, y yo soy parte de todos», anticipaba en 1988, en la introducción de ‘En la ciudad de la furia’, el músico nacido en el barrio porteño de Barracas.
A casi 40 años de aquella canción y a 10 de su fallecimiento, Cerati sigue siendo parte de todos en esa ciudad a la que le cantaba, y que, al sobrevolarla, le demuestra a diario que no hay quien no sepa de él.
Alcanza con acercarse a su tumba en el Cementerio de Chacarita, en el corazón de Buenos Aires, para entender cómo el compositor, cantante y guitarrista atravesó a generaciones enteras más allá incluso de las fronteras de su país.
Entre el mar de fanáticos que le dejan flores, mensajes escritos en trozos de papel o hasta se arrodillan ante la placa con su nombre para agradecerle con alguna de sus estrofas, se escuchan acentos de distintas partes del continente, que rompen el silencio fúnebre junto con el sonido de las canciones de Soda Estéreo que se escapan de los auriculares de los presentes.
«Para la generación de nosotros, Soda Stereo marcó un precedente súper importante, para la generación chilena de los años 80 y 90», dice Cecilia Mejías, de 48 años y que viajó junto a su hija desde la localidad de Talca, al sur de Chile, para saludar al ídolo de ambas en el aniversario de su fallecimiento.
Entre quienes se congregaron en el primer piso del panteón Nuestra Señora de la Merced, en el corazón del cementerio, destaca uno que llora desconsoladamente ante el símbolo de infinito que acompaña el nombre de Cerati en su placa.
«Es un lugar donde tal vez se puede venir a saludar y a presentar los respetos a un ser maravilloso que alumbró a millones de personas a lo largo de todo el continente americano, y seguramente de otros más también», asegura, emocionado, Fabián Clavel, que describe al músico como algo «entre un amigo, un familiar, una persona muy intima que está adentro nuestro».
Como ellos, un mar de personas peregrinaron hoy a algunos de los sitios de la ciudad que recuerdan al cantante, incluidos varios murales y hasta un paso bajo nivel que lleva su nombre y que materializan una frase de una de sus últimas canciones, ‘Cactus’, compartida en la cuenta oficial de Instagram de Cerati, que dice: «Y cuando te busco, no hay sitio en donde no estés».
Desde hace varias semanas, además, distintos eventos, conciertos y festivales han honrado su memoria y su legado en distintos puntos del país, en ocasión tanto del aniversario de su fallecimiento como de los 65 años de su nacimiento, que se cumplieron el 11 de agosto.
Cerati falleció a los 55 años el 4 de septiembre de 2014, tras pasar cuatro en coma en una clínica de Buenos Aires después de sufrir un accidente cerebrovascular durante un concierto en Venezuela en mayo de 2010.
La noticia conmocionó al mundo de la música en todo el continente, fue motivo de dos días de duelo nacional en Argentina y generó reacciones de incontables personajes, incluido el papa Francisco.
Nacido el 11 de agosto de 1959 y ligado desde siempre al ambiente musical, Gustavo Adrián Cerati Clark fundó Soda Stereo en 1982, junto con ‘Zeta’ Bosio (bajo y coros) y Charly Alberti (batería), con quienes entre 1982 y 1997, con una breve vuelta en 2007, publicó siete discos de estudio e hizo varias giras por la región.
Éxitos como ‘Persiana americana’, ‘De música ligera’, ‘En la ciudad de la furia’ y ‘Juegos de seducción’ los encumbró para siempre como una de las principales bandas de Latinoamérica.
Tras la disolución del grupo, en 1997, Cerati continuó con su carrera en solitario, de la que nacieron cuatro discos, el último de ellos, ‘Fuerza Natural’, publicado el 1 de septiembre de 2009, apenas unos meses antes del ataque que le postró en una cama y calló para siempre esa voz por la que los fans seguirán diciendo: ‘Gracias totales’.
Pablo Duer
EFE