Madrid, 27 de febrero de 2025.- A pesar de los ataques de Israel, que ha intensificado su actividad armada contra Siria desde la caída del régimen de Bachar al Asad el pasado 8 de diciembre, la prioridad del Gobierno y la población sirios es «reconstruir su país y no tener más guerras», según la política y opositora siria Dima Moussa.
En un entrevista con EFE en el marco de su visita a España para participar en la mesa redonda ‘Siria después de Al Assad: ¿hacia dónde? Transición y desafíos de la posguerra’, celebrada en la Casa Árabe de Madrid, Moussa aseguró que «Israel prospera en el caos».
Miembro de la Coalición Nacional de Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria, Moussa se mostró muy crítica con los ataques e incursiones israelíes en el sur de Siria y el despliegue de tropas israelíes en la zona de amortiguación en los Altos del Golán ocupados y advirtió que, hasta que la comunidad internacional ponga freno a estas operaciones, «Siria tendrá que luchar esta lucha».
Según la opositora, Israel busca desestabilizar todas las áreas de su alrededor, como Siria, Palestina y el Líbano, para «continuar haciendo lo que hace» sin ningún tipo de repercusión.
En el caso de Siria, detalló que el país vecino está tratando de generar malestar entre la población haciendo declaraciones como que va a proteger a los drusos, «y los drusos no han pedido a Israel que los proteja, porque tienen un fuerte sentimiento de pertenencia a Siria», sentenció.
Equilibrio entre gestión y diversidad
Sobre la política interna de Siria, Moussa cree que el nuevo Gobierno de transición -previsto para marzo- deberá buscar el equilibrio entre «ser lo más diverso posible» e incluir a expertos con la destreza adecuada para dirigir el país.
Esa política cristiana no ve adecuado centrarse en la diversidad «a expensas de la gestión» y manifestó que el futuro Gobierno tendría que incluir a 200 personas si quisiera contentar a todos los sectores, «y eso no es realista».
Según Moussa, una de las fundadoras del Movimiento Político de Mujeres Sirias, el Gobierno interino comandado por el musulmán suní Ahmed al Sharaa, que antes administraba la provincia de Idlib, en el noroeste del país, «tiene que cambiar» porque «no es lo mismo dirigir un país que dirigir una región».
Preguntada por la conferencia del ‘Diálogo Nacional’ de Siria, celebrada este martes para sentar las bases del futuro político del país tras el derrocamiento de al Asad, aseguró que fue «un buen primer paso».
Avanzar hacia el pluralismo político
Frente a las críticas de algunos sectores, como los principales grupos kurdos -que controlan de facto el norte de Siria-, que denunciaron haber sido excluidos del proceso de diálogo, Moussa aclaró que el problema surge de que los participantes fueron invitados a título particular y no como representantes de grupos políticos o de la sociedad civil.
Ella misma no pudo acudir pese a haber sido invitada, pero miembros de la coalición opositora a la que pertenece estuvieron presentes en la conferencia y, en base a lo que pudo ver en la lista de participantes, todos los sectores de la sociedad civil siria estuvieron representados en el encuentro.
Aunque valoró positivamente la participación de «cerca de mil personas» y el «alto porcentaje de mujeres» entre los invitados, cree que en futuras ocasiones los grupos políticos deben tener representación.
Aun así, se mostró esperanzada ante el futuro del país y aseguró que, hoy en día, «los sirios están mucho mejor que hace dos meses y medio», antes de la caída del régimen de Asad.
Sobre la situación con los kurdos, Moussa destacó que el diálogo entre el Gobierno y la administración autónoma del noreste de Siria ha experimentado «progresos» para que vuelvan a integrarse en el país, como refleja el envío de gas y petróleo desde esta región al resto de Siria.
Lucía Serrano
EFE