Los Ángeles (EE.UU.), 17 noviembre.- Dolly Parton financió con un millón de dólares la investigación de la vacuna de Moderna, laboratorio que recientemente confirmó que su posible vacuna contra la covid-19 tiene un 94,5 % de efectividad.

La cantante de country figura en el informe preliminar de la vacuna como uno de los principales inversores de la investigación científica, junto al National Institute of Allergy and Infectious Diseases y la Universidad de Emory.

El dinero llegó a los laboratorios de Moderna después de que la artista donara el millón de dólares a la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Tennessee , bajo la etiqueta «Dolly Parton COVID-19 Research Fund», que finalmente fue a parar al desarrollo de la nueva vacuna.

«Mi viejo amigo, el doctor Naji Abumrad, que ha estado involucrado en investigaciones en Vanderbilt durante muchos años, me informó de que estaban haciendo algunos avances emocionantes en la investigación de curas contra el coronavirus. Donaré un millón de dólares a Vanderbilt para esa investigación y para alentar a las personas que pueden pagarlo a hacer donaciones», explicó la artista en abril.

Medios estadounidenses y seguidores de la cantante han agradecido el gesto a Parton.

«Dolly Parton salva el mundo y ni siquiera me sorprende», escribió un usuario en redes sociales.

«Quiero que todos sepan que Dolly Parton nos dio ‘Buffy’, la serie de televisión, la canción ‘9 to 5’, Dollywood y, por supuesto, la vacuna contra la covid-19», aseguró otro.

SEGUNDA VACUNA CON RESULTADOS ESPERANZADORES EN EE.UU.

Moderna está avanzando rápidamente en sus acuerdos para abrir mercados a su candidata a vacuna una vez se confirme con nuevos datos su eficacia y seguridad, después de que este lunes los primeros datos de las pruebas de la fase 3 indicaran que van por el buen camino.

La vacuna, que ha sido administrada a una parte de los 30.000 voluntarios de las pruebas de la fase 3, estimuló una respuesta inmunológica en 5 de los 95 voluntarios que se contagiaron de covid-19 durante los ensayos.

El resto de esos 95 habían recibido un placebo, utilizado para comparar la evolución de la enfermedad en población no vacunada. Las pruebas dependen de que los voluntarios se infecten con el virus en el mundo real, por lo que un aumento de las infecciones a nivel nacional como el que se está dando en EE.UU. contribuye a acelerar el proceso.

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