Para nadie es un secreto el drama que viven millones de trabajadores de la salud alrededor del mundo por cuenta del coronavirus. La pandemia ha dejado al descubierto varios escenarios de desconsuelo y tormento. Los profesionales se debaten a diario entre la llegada desmedida de pacientes en estado crítico a los hospitales; la escasez de los insumos médicos para brindarles a todos atención rápida y oportuna; la antipatía y discriminación de sus vecinos y personas con las que cruzan su camino; el miedo de contagiar a sus familias; y la muerte de los enfermos.
Los relatos de cientos de médicos, enfermeras y asistentes, que han luchado en el primer frente de batalla contra el covid-19, se han dado a conocer a través de fotografías y videos compartidos en redes sociales y le han dado la vuelta al mundo por revelar el diario vivir de estos trabajadores.
Es el caso de Aleixandrea Macias, una enfermera de la ciudad de Brownsville, en Texas, que publicó en su cuenta de Facebook el desgarrador testimonio de cómo ha vivido los días de coronavirus. La joven, de 24 años, aseguró que aunque no es enfermera de la unidad de cuidados intensivos (UCI), ha estado trabajando allí por la falta de enfermeras y de personal experimentado. De hecho, la UCI tuvo que ser improvisada y no tiene suficientes suministros.
«No puedo contar las veces que escuché «bueno, podríamos intentar hacer esto, pero no tenemos esto». He hablado por dos días seguidos con mi esposo porque quiero volver a casa, pero él me habla de nuevo cada vez porque sabe cuánto me arrepentiría de haberme ido porque, en este punto, alguien me ayuda. Entonces todavía estoy aquí», escribió en la publicación, la cual compartió con una foto de ella bañada en lágrimas.
Aleixandrea expresó que desde hace días no ha podido contar nada de la situación, ya que no ha podido encontrar nada positivo que decir. Contó que día a día trabaja en la UCI, cuidando de los pacientes, pero que nadie ha salido de allí excepto bolsas de cadáveres.
La enfermera detalló que los pacientes han llegado a la UCI sin ser sedados ni ventilados, con dificultad respiratoria extrema y asustados. Ella los ha acompañado, explicándoles qué hace el coronavirus en sus cuerpos y atendiéndolos. Ninguno de ellos pudo llamar a sus familiares por última vez antes de ser intubados, por lo que Aleixandrea intenta convertirse en sus familias. Sin embargo, no han logrado sobrevivir.
«Sus teléfonos todavía suenan. Lo peor es escuchar el timbre de los teléfonos sabiendo que alguien está llamando y rezando para que respondan solo una vez más. Este virus mata a las personas. Todos mueren en algún momento, solo ha sido un juego de ver cuánto tiempo podemos mantenerlos medio vivos», relató.
La enfermera aseguró que entre los pacientes muertos hay jóvenes, quienes en su mayoría no presentaron problemas médicos y, por el contrario, eran físicamente saludables. En su publicación de Facebook también se lee que la mayoría de las víctimas fatales eran hispanos.
Su mensaje terminó con unas palabras para Texas. La enfermera les pidió tomarse en serio la situación y cuidar de sus familias. Por su parte, indicó que seguirá luchando para cuidar de sus pacientes.
«No puedo explicarte lo mal que duele, qué tan real es esto. Me duele mucho el corazón por estas familias que han perdido personas por completo, demasiado pronto; por aquellos que están enfermos y absolutamente aterrorizados, y por todos nosotros que seguramente tendremos alguna forma de trastorno por estrés postraumático (TEPT) después de que esto termine», concluyó.
Tomado de Revista Semana