Washington, 19 abr – Estados Unidos reconoció este lunes que está perdiendo la carrera con China para aprovechar las oportunidades creadas por la crisis climática, y que si no gana terreno en temas como las energías renovables, quedará derrotado en la pugna por el liderazgo mundial.
Así lo afirmó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un discurso sobre la crisis climática que sirvió como antesala de la Cumbre de Líderes sobre el Clima, programada para este jueves y viernes por la Casa Blanca.
«Es difícil imaginar a Estados Unidos ganando la competición estratégica a largo plazo con China si no podemos liderar la revolución de energías renovables. Ahora mismo, nos estamos quedando atrás», dijo Blinken en su discurso, pronunciado en Annapolis (Maryland).
El jefe de la diplomacia estadounidense recordó que China es «el mayor productor de paneles solares, turbinas eólicas, baterías y vehículos eléctricos», y «controla un tercio de las patentes de energía renovable del mundo».
Si Estados Unidos no llega a su nivel, «perderá la oportunidad de moldear el futuro climático del mundo de una forma que refleje sus intereses y valores, y quedará privado de incontables trabajos para los estadounidenses», alertó.
En ese sentido, Blinken describió como un imperativo estratégico las políticas para eliminar la dependencia de los combustibles fósiles, aunque reconoció que esas políticas «no beneficiarán a corto plazo a todos los trabajadores estadounidenses».
El aumento de inversiones en renovables que planea el Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, puede «golpear duro» a comunidades que vivían de la producción de carbón o petróleo, pero la Casa Blanca les proporcionará «apoyo y caminos para conseguir un sustento sostenible», agregó.
Blinken anunció además que ha instruido a los diplomáticos estadounidenses a que protesten ante aquellos países «que siguen dependiendo del carbón para producir una cantidad significativa de su energía, inviertan en nuevas fábricas de carbón o permitan una deforestación masiva».
Estados Unidos está presionando a países como China, Japón y Corea del Sur para que dejen de financiar plantas térmicas alimentadas por carbón y a Brasil para que contenga la deforestación de la Amazonía,que ha llegado a sus máximos niveles durante el Gobierno de Jair Bolsonaro.
La semana pasada, el enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, celebró en un tuit que Bolsonaro haya prometido acabar con la deforestación ilegal, pero pidió que ese compromiso se traduzca en «acciones inmediatas» y «tangibles».
Además de presidir la Cumbre de Líderes sobre el Clima, en la que participarán de forma virtual dirigentes de unos 40 países, Estados Unidos planea convertir el tema en una prioridad en la cumbre de líderes del G7 en junio, afirmó Blinken.