EE.UU. tendría más muertos que en todas las guerras desde 1945

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Esta semana coincidieron en EE.UU. dos realidades aparentemente contradictorias. Una muy cruda y la otra esperanzadora.

Por un lado, tanto las autoridades como los modelos estadísticos que estas manejan comenzaron a indicar que el coronavirus parece estar perdiendo terreno en algunas zonas del país.

Por el otro, un panorama desolador en el que se han batido todas las marcas de muertes y contagios a nivel mundial, y que ya se compara con los peores momentos de la historia, como el ataque japonés en Pearl Harbor, los atentados de septiembre del 2001 o la batalla de Gettysburg, la más letal en la guerra civil de EE. UU. del siglo XlX.

Aún sin alcanzar el llamado pico de la infección, en estos últimos siete días perecieron más de 10.000 personas en el país, la cifra más alta que se ha registrado en el mundo en un periodo semejante desde que se detectaron las primeras muertes a comienzos de año.

Igualmente hubo varios días de la semana en el que se batió el récord previo de decesos en un periodo de 24 horas (cercano a los 2.000 muertos) y este sábado se superó la barrera de los 20.000 fallecimientos, número con el que se sobrepasó el de Italia (19.468), hasta este sábado el país con más mortandad.

En términos de contagios, EE.UU. superó el medio millón de casos, una cifra que representa casi un tercio del total mundial, y tres veces más que los diagnósticos en España e Italia, los dos países que le siguen en esta dramática tabla. Al menos 200.000 de ellos, otro récord, reportados durante una lapso de tan solo siete días.

Y de acuerdo con las proyecciones, esta semana que comienza podría ser igual o peor pues el pico, al menos para las áreas del país consideradas de alto impacto, debería llegar entre el 12 y el 16 abril.

Una devastación que ha desempolvado recuerdos de momentos igualmente críticos en la historia, pero que hoy lucen discretos frente a la letalidad del coronavirus.

En Pearl Harbor, por ejemplo, que hasta el siglo pasado ocupaba el primer lugar de los peores ataques externos contra EE. UU., murieron 2.400 personas. Ya en este siglo, el 9-11 dejó 2.977 víctimas mientras que el huracán Katrina, que azotó las costas del golfo de México en el 2005, dejó unas 1.800 víctimas en una semana.

Cifras que palidecen si se comparan con los más de 20.000 muertos que ya van en poco más de un mes como consecuencia de covid-19 y que podría superar las 100.000 muertes en los próximos once meses.

Lo mismo pasa en el caso de las guerras. En la de Irak han perecido 4.500 estadounidenses en 17 años, mientras que la de Afganistán se ha llevado a 2.500 en 19 años.

Dos casos más cercanos al impacto final que podría tener el virus son las guerras de Corea en 1950 y Vietnam en 1965. En los cuatro años de participación de EE. UU. en este primer conflicto murieron cerca de 40.000 estadounidenses, mientras que en el segundo fueron cerca de 60.000 en ocho años. En otras palabras, el coronavirus, cuando acabe de pasar, podría dejar más estragos en su camino que la combinación de todas las anteriores para una cifra equivalente a todos los decesos de EE.UU. en la Primera Guerra Mundial (116.000 aproximadamente).

De hecho, en su curso presente, la enfermedad terminaría convertida en el cuarto evento más mortífero de toda la historia en el país, antecedido solo por la Segunda Guerra Mundial (405.000), la guerra civil estadounidense (600.000) y la gripa española de 1918 (675.000).

A esas terribles noticias se sumó durante la semana otra que apenas comienza a tomar forma. De acuerdo con cifras oficiales, al menos 17 millones de estadounidenses han solicitado ayuda por desempleo en los últimos 20 días.

Eso equivaldría a un desempleo cercano al 13 por ciento, que es el peor que se registra desde la Gran Depresión de los años 30, pero que podría llegar a esos niveles durante este verano si sobrepasa, como algunos dicen que lo hará, el 25 por ciento de desempleo.

De acuerdo con Nicholas Bloom, profesor de Economía en la Universidad de Stanford, no hay duda de que la actual pandemia recreará muy pronto una situación similar a la de los años 30 o incluso más aguda.

“Es probable que terminemos refiriéndonos a esto como la Depresión Superior o un grado más alto que la Gran Depresión. Pero todo depende del ritmo de la recuperación de la economía”, dice Bloom.

Hay algunos académicos que sostienen que para regresar a los niveles de febrero del 2020 se necesitarán unos cinco años. Mientras que otros apuntan a un periodo más corto si se logra controlar la expansión de la epidemia y la economía da una vuelta de 180 grados en los próximos seis meses una vez se abran las puertas y finalicen las políticas de distanciamiento social.

Y algo de eso podría estar comenzando a suceder. Al menos en EE. UU. Esta semana, algunos de los estados más golpeados por el virus, como Nueva York y Nueva Jersey, reportaron por primera vez un leve descenso en el número de contagios. Algo clave por varias razones. Primero, porque indica que se llegó a un pico y de ahora en adelante la tendencia sería a la baja. Y segundo, porque menores contagios hoy implican una reducción futura de la cifra de hospitalizaciones y muertes.

En Nueva York, para citar un caso, ese pico llegó el sábado de la semana pasada (10.846 nuevos contagios) y desde entonces la tendencia ha sido a la baja, salvo por el miércoles cuando se registró otro pico (11.186 casos).

En Nueva Jersey, ese pico fue el 3 de abril (4.300 casos) y de allí ha estado cayendo hasta llegar a unos 3.000 casos confirmados por día. A nivel nacional la tendencia es más o menos igual, si bien hubo un par de días de la semana cuando hubo ligeros repuntes.

Según el presidente Donald Trump, el país estaría llegando al punto donde se “aplana la curva”. Es decir, el momento desde el cual se estabiliza el nivel de contagios para luego comenzar a caer

De hecho, las autoridades comenzaron a revaluar las proyecciones de muertes que se tenían hasta hace muy poco. Anthony Fauci, el jefe de la agencia para las enfermedades infecciosas que encabeza el equipo nombrado por Trump para hacerle frene a la crisis, dijo el jueves que el número de decesos podría llegar a unos 60.000 y no a los más de 100.000 que tenían previstos.

Ese diagnóstico, no obstante, podría ser prematuro y las autoridades han pedido a la ciudadanía mantener las políticas de distanciamiento social al menos hasta el 31 de abril. Eso porque el bajonazo que se está comenzando a ver en algunas de las ‘zonas calientes’ podría estar seguido por incrementos en nuevos focos de infección como Illinois.

Así mismo, el cálculo de Fauci va hasta agosto de este año, pero no incluye las muertes previstas en un posible segundo pico de la enfermedad, que se daría entre octubre y noviembre, y que no podrá ser controlado del todo hasta que no se desarrolle una vacuna.

Tomado de El Tiempo


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