El Gobierno de EE.UU. y los talibanes acordaron este viernes reducir la violencia durante siete días, lo que podría llevar a un pacto definitivo entre las dos partes y la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, dijo a la prensa un funcionario estadounidense en el Departamento de Estado.
La fuente no especificó cuándo entrará en vigor ese acuerdo para reducir la violencia, considerado como una prueba de fuego para ver si es posible poner fin a casi dos décadas de guerra en Afganistán.
El funcionario, que habló bajo condición de anonimato, explicó que el acuerdo para reducir la violencia es «muy específico». Mediante ese pacto, los insurgentes se han comprometido a detener los ataques suicidas, el lanzamiento de cohetes y las ofensivas contra convoyes militares en carreteras.
«Si los talibanes implementan lo que se han comprometido a hacer, entonces nosotros continuaremos con el acuerdo», explicó ese funcionario, que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a hablar sobre ese tema públicamente.
Una reducción duradera de la violencia en Afganistán abriría la puerta a avanzar en las conversaciones en curso y firmar un acuerdo.
Durante meses, EE.UU. y la formación insurgente negociaron un acuerdo de paz, que, según los talibanes, ya estaba finalizado cuando el pasado septiembre el presidente estadounidense, Donald Trump, suspendió el proceso abruptamente después de un atentado insurgente en Kabul en el que murió un estadounidense.
Antes de romper esas negociaciones, que duraron más de un año, el mandatario estuvo a punto de recibir a los líderes talibanes y al presidente afgano, Ashraf Ghani, en la residencia presidencial de Camp David, una idea que generó mucha polémica en EE.UU.
El borrador del acuerdo que los talibanes y EE.UU. contemplaba la retirada de más de 5.000 soldados estadounidenses en los primeros 135 días tras su firma.
En Afganistán, desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, EE.UU. mantiene un contingente en el marco de la nueva misión aliada de asesoramiento a las tropas afganas y otro en tareas «antiterroristas».
La guerra de Afganistán es el conflicto más largo en el que ha estado inmerso EE.UU., donde lleva presente desde hace casi dos décadas y donde más de 2.300 estadounidenses han perdido la vida.
EFE