Bogotá, 9 octubre de 2021.- La que era la zona más deprimida de Bogotá volvió a vibrar con una muestra de la exuberante sabrosura de Timbiquí, Guapi, Buenaventura y Quibdó, pueblos del Pacífico colombiano cuyo jolgorio se apoderó de la capital colombiana en un abrebocas del tradicional festival Petronio Álvarez.
La majestuosa marimba de Herencia de Timbiquí, un grupo musical que representa los sonidos de las comunidades negras del Pacífico, puso a bailar a cientos de personas que se rindieron al ritmo de la tambora y el guasá mientras agitaban pañuelos blancos en el Bronx Distrito Creativo, un complejo de desarrollo cultural que se levanta en el antiguo sitio de expendio de drogas más grande de Bogotá.
El golpe de esos instrumentos musicales, que el Petronio Álvarez celebra cada año en Cali, la ciudad más importante del Litoral del Pacífico, cautivó a un público que se entregó sin timidez al alboroto y entrada la noche se olvidó del frío que hacía en la capital.
Los asistentes, que llegaron de todos los rincones de Colombia e incluso del exterior, brincaron y trataron de seguir el paso a los músicos timbiquereños que los animaban desde la tarima con canciones como «Amanecé», «Y qué», «Volver a vivir», «Coca por coco» y «Te invito».
«Esta muestra del festival Petronio Álvarez celebra la cultura del Pacífico colombiano, su gastronomía, sus artesanías, nuestra gran calidad musical para irradiar a Bogotá de la alegría de la región», dijo a Efe la ministra de Cultura, Angélica Mayolo, al elogiar la riqueza artística del territorio donde nació.
RESIGNIFICAR EL BRONX
«El Bronx», como se conoce a las dos calles en forma de «L» en las que hasta hace algunos años se imponían temibles bandas criminales dedicadas a la venta de drogas y que cometían desde secuestros hasta descuartizamientos, es hoy una zona en la que se apuesta por la economía legal y el arte.
El sector de «El Bronx», uno de los más peligrosos de Bogotá, fue intervenido el 28 de mayo de 2016 por 2.500 policías y soldados que ingresaron al lugar como parte de una gran operación en la que fueron rescatados al menos 76 menores que eran forzados a practicar la prostitución.
Hasta allí, en el centro de la ciudad y a solo unas cuadras de la Presidencia de Colombia, llegaron emprendedores del Pacífico que viajaron desde las zonas más apartadas del país para mostrar y vender sus artesanías, licores y platos gastronómicos.
Abdo Obed Possú trajo desde Buenaventura, en el Valle del Cauca, marimbas, guasás y bombos, instrumentos autóctonos de percusión mayor y menor que elabora en diferentes tamaños con madera y fibras vegetales como la palma de chontaduro, cañas, cedro, o la guadua, de la familia del bambú.
«Hacemos mucho énfasis en rescatar instrumentos que ya están en vía de desuso y mantener este oficio como el legado histórico de nuestra comunidad afro, con mucho orgullo», reseñó a Efe Pussú, líder de Katanga, un emprendimiento de familias negras del Pacífico.
En otra carpa a su lado estaba Rodrigo Angulo, que llegó desde Guapi, en el Cauca, con botellas de arrechón, tumbacatre, viche, tomaseca, curao y pipilongo, bebidas ancestrales elaboradas con frutos de la región que se pueden tomar como licor o para usos medicinales.
«Con este emprendimiento hemos sacado adelante a nuestras familias y apoyamos el legado que nos han dejado nuestros ancestros. Aprovechamos el borojó, el chontaduro y el asaí para generar empleos principalmente a madres cabeza de familias y otros indirectos», confesó el vocero de Herencia Guapireña.
Mientras estos emprendedores exponían sus productos, la agrupación Bareke Stars puso «a gozar» a los asistentes con chirimía del departamento del Chocó, un ritmo en el que se mezclan los sonidos de la tambora, el redoblante, el saxofón y el clarinete, entre otros instrumentos.
TRANSFORMAR CON CULTURA
Tras la intervención de «El Bronx» las autoridades locales apostaron por abrir los espacios de interés patrimonial para el desarrollo de actividades culturales y de un modelo de sostenibilidad de y para la comunidad.
«El Bronx Distrito Creativo es la apuesta más importante de la ciudad de Bogotá para demostrar que el arte, la cultura y la creatividad pueden transformar territorios. Esperamos en el 2023 entregar esta infraestructura lista», explicó Margarita Díaz, directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), que coordina el proyecto.
Desde hace 25 años el Petronio Álvarez, el festival de la cultura afro más importante de América Latina, es el punto de encuentro de marimbas y clarinetes; ceviches y encocados, y artesanías y peinados de los herederos de la cultura negra del Pacífico colombiano.
«Que estemos aquí visitando Bogotá es bonito porque tiene esa simbología de una mirada hacia la marginalidad. El Petronio es un patrimonio nuestro construido con las uñas y es un territorio digno y libre», destacó a Efe el salsero Yuri Buenaventura.
Klarem Valoyes Gutiérrez
EFE