Redacción Ciencia, 12 dic – La incidencia de cáncer colorrectal sigue aumentando en adultos menores de 50 años en muchos países de ingresos altos, según un estudio realizado con datos hasta 2017 de 50 territorios.
El análisis de las cifras extraídas de una base de datos de la Organización Mundial de la Salud se publica en la revista especializada The Lancet Oncology. El estudio tuvo como objetivo examinar las tasas mundiales de cáncer colorrectal en adultos jóvenes (25-49 años) frente a adultos mayores (50-74 años).
Los autores estiman que durante la última década examinada las tasas de incidencia de cáncer colorrectal de inicio precoz (25-49 años) se mantuvieron estables en 23 países -entre ellos España y Austria, donde no se observó un incremento-, pero aumentaron en 27, con los mayores incrementos anuales observados en Nueva Zelanda (casi un 4 %), Chile (casi un 4 %) y Puerto Rico (3,8 %).
El aumento del cáncer colorrectal de aparición temprana fue más rápido entre los hombres que entre las mujeres en Chile, Puerto Rico, Argentina, Ecuador, Tailandia, Suecia, Israel y Croacia, mientras que las mujeres jóvenes experimentaron aumentos más rápidos en Inglaterra, Noruega, Australia, Turquía, Costa Rica y Escocia.
En adultos mayores, 14 de los 27 territorios mostraron tasas estables (Puerto Rico, Argentina, Noruega, Francia, Irlanda) o decrecientes (Israel, Canadá, EE.UU., Inglaterra, Alemania, Escocia, Eslovenia, Australia y Nueva Zelanda).
El cáncer colorrectal es el tercer cáncer más diagnosticado y la segunda causa de muerte por cáncer, responsable de más de 1,9 millones de nuevos casos y casi 904.000 muertes en 2022 en todo el mundo, explica un resumen de la revista.
El estudio también constató que el aumento de las tasas de este tumor en adultos jóvenes ya no se limitaba a los países de ingresos altos, sino que también se observó en algunos países de ingresos bajos de Asia, América Latina y el Caribe.
«El aumento del cáncer colorrectal de aparición precoz es un fenómeno mundial», afirma en un comunicado de la Sociedad Americana del Cáncer Hyuna Sung, autora principal de la investigación. La sociedad hace hincapié en aumentar la concienciación y la prevención.
Este trabajo solo informa de las tasas de este cáncer hasta 2017, por lo que es posible que no refleje con exactitud las tendencias actuales, admite la revista.
Además, se utilizaron datos de registros subnacionales que a menudo representan una pequeña fracción de la población de un país, lo que puede limitar la generalización a nivel poblacional.
Causas desconocidas
Los autores destacan que las razones del aumento en adultos jóvenes siguen siendo en gran medida desconocidas.
Sugieren que podría estar en los cambios en la dieta, de alimentos ricos en fibra y bajos en grasa a un mayor consumo de carne roja y/o procesada, azúcares y alimentos precocinados.
Los estilos de vida físicamente inactivos asociados a la riqueza económica de los adultos jóvenes en los países de ingresos altos pueden ser, asimismo, una respuesta. No obstante, se necesitan más estudios para confirmarlo.
Aunque se cree que el éxito de los programas de cribado explica en parte el descenso de las tasas entre los mayores en algunos países, la tendencia al alza de la incidencia entre los menores de 50 años podría llevar más adelante a un aumento de esta entre los individuos de más edad.
Esto podría impedir o revertir décadas de progreso contra la enfermedad, advierte la revista.
Para Josep Maria Borràs, coordinador científico de la estrategia en cáncer del Sistema Nacional de Salud, se trata de un artículo muy interesante y de alta calidad.
Los datos permiten confirmar que no se observa un aumento de casos en España, corroborando anteriores observaciones. Un dato importante es que España está entre los de mayor incidencia del mundo en mayores de 50 años, solo por detrás de Holanda, Japón y Dinamarca, señala el investigador, que no participa en el estudio.
Respecto a por qué no se observa en España un aumento en jóvenes es difícil proponer alguna explicación. «Una sería que nuestra incidencia crecerá en los próximos años y simplemente hay un decalaje temporal», indica a Science Media Centre España, plataforma de recursos científicos para periodistas.
Este fenómeno afecta a cohortes de población nacidas más tarde de los años 50/60 del siglo pasado, «y es difícil pensar que los cambios en la dieta y el ejercicio físico sean tan distintos de otros países de nuestro entorno».
Por lo tanto, «deberíamos estar vigilantes por si finalmente cambia la tendencia en el futuro y tratar de promover hábitos saludables que hemos ido perdiendo progresivamente, como comer saludablemente, sin sobrepeso u obesidad, y hacer ejercicio físico moderado pero constante», concluye.
EFE