Río de Janeiro, 15 enero.- El grave colapso sanitario causado por la falta de camas y de oxígeno para pacientes con covid en Manaos, la mayor ciudad de la Amazonía brasileña, prosiguió este viernes pese al traslado de enfermos a otras ciudades y la llegada de cilindros de oxígeno en aviones militares.
El caos vivido en la capital del estado de Amazonas y las escenas de correrías en hospitales, médicos desesperados y agotados, cementerios desbordados y familiares de pacientes implorando por oxígeno o comprándolo en el mercado negro provocó una intensa movilización en todo Brasil, con el Gobierno ofreciendo aviones militares para transportar material médico y pacientes.
La falta de camas en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de Manaos y las filas de pacientes esperando por un lecho en las enfermerías permanecieron inalteradas pese a que el Gobierno puso en marcha una campaña para trasladar a por lo menos 235 pacientes menos graves a otras ciudades.
Datos de la gobernación regional señalan que Manaos, una ciudad de 2,2 millones de habitantes, registró el jueves un récord de 254 nuevas hospitalizaciones por covid, el mayor número desde el inicio de la pandemia, con lo que agravó el colapso sanitario en un estado que acumula 223.360 contagios y 5.930 muertes por la enfermedad.
Cerca de 400 pacientes aguardan una cama en los hospitales.
Según la municipalidad, Manaos registró el miércoles 198 entierros en un único día, con lo que superó el récord diario por cuarto día consecutivo.
SIN OXÍGENO PARA PACIENTES CONECTADOS A RESPIRADORES MECÁNICOS
De la misma forma los médicos siguieron denunciando la crítica falta de cilindros de oxígeno para los pacientes conectados a respiradores mecánicos que ya ha provocado muertes por asfixia o a ha obligado a los hospitales a racionar el material.
Algunos médicos han dicho que se han visto obligados a privilegiar a los pacientes con más posibilidades se sobrevivir por la falta de cilindros.
La escasez de oxígeno no alcanzó a ser resuelta ni con el puente aéreo montado por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) para transportar cilindros de oxígeno desde Sao Paulo hasta Manaos.
En al menos cuatro vuelos realizados entre el jueves y el viernes, la FAB transportó hasta Manaos unos 700 cilindros.
Pero los cerca de 12.000 metros cúbicos de oxígeno que llegan diariamente a Manaos en los aviones militares es insuficiente para atender la actual demanda diaria de 76.000 metros cúbicos en una ciudad que tan solo tiene capacidad para producir 30.000 metros cúbicos diarios.
El cuello de botella de esta operación es la ubicación de Manaos en medio de la mayor selva tropical del mundo, sin carreteras que la comuniquen con el resto del país y obligada a abastecerse por vía aérea o por los lentos barcos que navegan el Amazonas.
«Este aislamiento nos hace distantes y diferentes. No tenemos acceso al resto de Brasil y eso, en este momento, es una sentencia de muerte», admitió el alcalde de Manaos, David Almeida, en entrevista al diario Folha de Sao Paulo.
La mayor esperanza es el oxígeno que pueda llegar desde Venezuela por una carretera en pésimas condiciones entre Manaos y la frontera.
La empresa White Martins, única abastecedora de oxígeno de Manaos, afirmó que puede mandar camiones a recoger cilindros de oxígeno en la frontera y el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, aseguró que su país está dispuesto a ofrecer toda la ayuda posible, pero aún hay dudas sobre la viabilidad de esta operación.
La cancillería de Brasil también solicitó a Estados Unidos el envío de un avión Galaxy para colaborar con el transporte de oxígeno.
TRASLADO DE ENFERMOS EN AVIONES MILITARES A OTRAS CIUDADES
El Ministerio de Defensa informó que cuenta con dos aviones equipados para transportar hasta 25 pacientes en camillas y que tiene vuelos programados para trasladar este viernes a unos 235 pacientes con covid desde Manaos hasta los estados de Maranhao, Piauí, Río Grande do Norte y Paraíba.
Otros estados cuyo sistema hospitalario no está tan cargado también se ofrecieron para recibir pacientes, entre los cuales Goiás, Pernambuco, Ceará y Brasilia.
«Varios gobernadores ya anunciaron su disposición a recibir pacientes con covid en sus estados y ya reservaron sus estructuras hospitalarias para ofrecer el apoyo necesario para atender los pacientes de Amazonas», aseguró el viceministro de Salud, Elcio Franco, citado en un comunicado de la cartera.
Para intentar frenar el ritmo de contagios, la gobernación decretó el jueves un toque de queda de once horas diarias, entre las 19.00 y las 6.00 del día siguiente, en el que solo es permitida la movilización de personas que trabajan en servicios esenciales, como salud y seguridad.
Manaos, una de las ciudades más afectadas el año pasado por la primera ola de la pandemia, es el lugar de origen de una nueva cepa del coronavirus, la variante brasileña, que genera preocupación mundial y ya llevó a Reino Unido a vetar los vuelos procedentes de Brasil y de países vecinos.
Pero los científicos aseguran que aún no tienen estudios que confirmen si el actual salto en los contagios fue provocado o no por la nueva variante ni cuál es el nivel de circulación de la misma.
Brasil, con sus 210 millones de habitantes, es uno de los epicentros de la pandemia y el segundo país con más muertes en el mundo por covid después de Estados Unidos, con casi 207.000 víctimas, y el tercero con más contagios tras la nación norteamericana e India, con unos 8,33 millones de casos.