El domingo 25 de febrero se conoció que las fuerzas especiales turcas y la policía de ese país entraron en inmediaciones de la ciudad Siria de Afrin. La operación Rama de Olivo, como ha sido denominada la incursión turca en Siria, tiene como principal objetivo tomar la ciudad y derrotar las fuerzas sirias que dominan esa parte del país.
Con una fuerza de 600 hombres que se dividen entre kurdos y árabes, la brigada División Hamza, apoya el asedio a Afrin por parte del ejército turco, que desde ayer está intentando tomarse la ciudad con un asedio militar importante. Según el medio internacional RT, en esa localidad se haya uno de los fortines más importantes de la denomina YPG, a quienes se les considera un grupo terrorista de alta peligrosidad.
Tener el control de Afrin es un objetivo de primer orden para las fuerzas turcas y los aliados. La ciudad es un enclave no solo importante para la YPG, sino también para controlar el tráfico de armas y de terroristas que se mueven por aquel punto fronterizo. Se cree que en la ciudad y en sus alrededores puede haber cerca de 30.000 hombres de las Fuerzas Democraticas Sirias con órdenes de combatir a los ejércitos americanos y turcos en la zona.
Desde Damasco las autoridades sirias han alzado su voz de queja antes la inminente toma de la ciudad por parte de las fuerzas turcas. Para Siria este ciudad, clave de su poder, es parte integral de su país y ninguna presencia extranjera se va a tolerar, informó el medio RT.
La confrontación ha ocasionado un desplazamiento masivo de la población civil que se encuentra en medio del fuego.
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