Cannes (Francia), 9 julio.- El director uruguayo Manuel Nieto Zas ha cumplido su sueño de estar en Cannes. Lo hace con su tercer filme, «El empleado y el patrón», ambientado en el mundo rural y espejo incómodo de la explotación laboral.
El patrón (Nahuel Pérez Biscayart) es un burgués con una vida moderna que no encaja en el estereotipo de productor rural y el empleado (Cristian Borges) es un joven de edad similar. La muerte de la hija del trabajador en un accidente de tractor cambia su relación.
«Empieza siendo un vínculo laboral y eso lo enturbia y desencadena un montón de sentimientos e intereses en conflicto. Por un lado se despierta el miedo y la culpa por parte del patrón, aunque los dos se sienten culpables, y en el empleado se despierta su ambición», cuenta a EFE el director.
VUELTA AL MUNDO RURAL
Tras «El lugar del hijo» (2013), Nieto Zas (Montevideo, 1972) regresa de nuevo a un ambiente rural. «Encuentro mi inspiración en el campo, en esos personajes. Me parece que ahí hay muchas más cosas por descubrir que en la ciudad», dice.
Sus dos protagonistas, en su opinión, son complementarios y contradictorios.
«En diferentes momentos de la película traicionan al espectador, que cambia su punto de vista hacia el otro. De esta alternancia espero que queden muchos cuestionamientos en el espectador, que se pregunte a sí mismo: ¿de qué lado estoy, puedo estar en alguno o los dos tienen razón?».
Nieto Zas deja al público decidir si el filme incluye un componente crítico: «Es una reflexión, un dato de la realidad, una cuestión que trasciende a Uruguay, que se puede ver en la región. Brasil, Argentina, comparten este mismo mundo rural. No sé si es denuncia».
El elenco que interpreta al mundo del productor rural está compuesto por actores profesionales, a diferencia de quienes se meten en la piel de los trabajadores, y parte del desafío del filme, según el director, fue armonizar esos dos registros.
En la filmografía de Pérez Biscayart (Buenos Aires, 1986) destacan filmes como «El prófugo» (2020), de la argentina Natalia Meta, o «120 battements par minute», del francés de origen marroquí Robin Campillo, que en 2017 obtuvo el Gran Premio del Jurado de Cannes.
«Es el mejor actor de esta generación argentina de nuevos actores. Trabaja muy bien, le gusta tomar riesgos como involucrarse en este tipo de proyectos, que se filmó a lo largo de un año en tres diferentes etapas, y eso para un actor que vive en Europa es arriesgado», sostiene el director.
Nieto Zas prepara ya su nuevo largometraje, «Los ladrones de ganado». Una cinta con la que vuelve al campo y a los personajes rurales, pero en la que habrá nuevos ingredientes para no «quedarse en lo mismo».
De momento aprovecha su estancia en Cannes para reunirse con productores, ver las películas que pueda y disfrutar de la experiencia.
SUEÑO CUMPLIDO
«Es la mejor culminación que todo este proceso puede tener, es el mejor lugar para salir con una película, es como un sueño que hoy es realidad para nosotros, y le da la posibilidad a la película de trabajar bien», cuenta.
El director, que debutó con «La Perrera» (2006), premiada en el Festival Internacional de Cine de Róterdam (Países Bajos), produce también este último filme y ha llegado a Francia acompañado de su familia.
«Para mí fue un esfuerzo muy grande hacer la película y ellos me apoyaron siempre. Era el sueño de mi señora venir acá a acompañarme. Hagamos los sueños realidad», concluyó.
La Quincena de Realizadores, en la que se proyectó este viernes su largometraje, es una sección independiente de Cannes creada en 1969 y dirigida a producciones de autor.
Esta edición se celebra del 7 al 16 de julio y ha seleccionado además a la costarricense y sueca Nathalie Álvarez Mesén, que presenta su ópera prima, «Clara Sola», o a la brasileña Anita Rocha da Silveira, que estrenará «Medusa».
Por Marta Garde