Beirut, 21 jul – El enviado especial de Estados Unidos para Siria, Thomas Barrack, defendió este lunes en Beirut que el desarme del grupo chií libanés Hizbulá es un asunto «muy interno» del Líbano y reconoció que el acuerdo de alto el fuego con Israel no «funciona», en medio de negociaciones para atajar ambos problemas.
«El acuerdo para desarmar a Hizbulá es algo muy interno. Recuerden que Estados Unidos tiene a Hizbulá (designado) como organización terrorista extranjera, de modo que no tenemos piel en juego para debatir nada con Hizbulá», afirmó Barrack en una rueda de prensa tras reunirse con el primer ministro libanés, Nawaf Salam.
Su visita al país, la segunda en dos semanas, se produce mientras ambos gobiernos negocian una propuesta de plan presentada por Washington para abordar las tareas aún pendientes casi ocho meses después de la entrada en vigor del alto el fuego, centrada principalmente en el desarme de Hizbulá.
«La cuestión fundamental es que tienes un acuerdo de cese de hostilidades que está en vigor y que no funcionó, ¿cierto? Así que hay una razón por la que no funcionó, que es parte de lo que estamos tratando de solventar», defendió Barrack.
En este sentido, insistió en que el objetivo de Estados Unidos es «solo influenciar» a las partes para alcanzar estabilidad, por lo que no habrá «consecuencias» para el Líbano si la iniciativa no prospera y tal desenlace simplemente causaría «decepción» a Washington.
Preguntado por las garantías que supuestamente demanda Beirut para asegurarse de que Israel dejará de violar el pacto, el también embajador estadounidense en Turquía argumentó que su Gobierno no está en posición de demandar ningún comportamiento a sus aliados israelíes.
«Estados Unidos no tiene derecho de intentar obligar a Israel a hacer nada», zanjó el enviado especial.
Barrack compareció en rueda de prensa tras mantener sendos encuentros con Salam y con el presidente libanés, Joseph Aoun, por lo que alertó de que todavía le queda todo el resto de la jornada por delante para seguir dialogando y todavía no tiene respuestas a muchas preguntas.
«Vamos a continuar por ese camino, tenemos reuniones todo el día. Vuestros líderes (libaneses) han sido más que útiles al tratar de encontrar un conjunto de circunstancias y remedios que salven la situación no solo para el Líbano», concluyó el diplomático estadounidense.
Su plan se centra en lograr el desarme de Hizbulá, que ha condicionado cualquier diálogo sobre ello a la previa salida de las tropas israelíes aún presentes en cinco punto del territorio libanés y al cese de los ataques que perpetra casi diario contra el Líbano pese al cese de hostilidades.
El viernes mismo, el líder del movimiento chií, Naim Qassem, afirmó que no están dispuestos a desarmarse en estos momentos y criticó el plan estadounidense al asegurar que demanda primero la entrega de armas de su grupo, solo a cambio de retiradas «parciales».
EFE