Washington, 15 octubre.– La pandemia de la covid-19 podría dejar «cicatrices duraderas» en la economía mundial, como las elevadas cargas de deuda y un alza en la pobreza y la desigualdad, pese a la «tentativa recuperación» en marcha, advirtió este jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«La crisis amenaza con provocar cicatrices duraderas en la economía mundial, como un menor crecimiento de la productividad, más pesadas cargas de deuda, elevadas vulnerabilidades financieras y mayor pobreza y desigualdad», señaló el comunicado emitido por el Comité Financiero y Monetario del Fondo, principal órgano consultivo del organismo, durante su asamblea anual.
En una rueda de prensa, Kristalina Georgieva, directora del Fondo, remarcó que «aunque hay en marcha una recuperación económica tentativa, apoyada por una extraordinaria respuesta macroeconómicas» el principal riesgo es «una retirada prematura».
Durante la semana de reuniones, que se celebraron de manera virtual debido a la pandemia, el organismo ha insistido en dar la voz de alarma sobre el daño estructural que dejará la actual pandemia, especialmente sobre los países y los trabajadores más vulnerables.
En su informe de Perspectivas Económicas Globales, el organismo multilateral pronosticó una recesión menos severa en 2020, del -4,4 %, gracias a los enormes estímulos fiscales y monetarios aplicados por las autoridades de todo el mundo, y plantea una recuperación del 5,2 % para 2021.
Desde el estallido de la pandemia, el Fondo ha aprobado 280.000 millones de dólares en préstamos a más de 80 países.
Si bien el organismo ha defendido las medidas gasto, también ha avisado de que la enorme montaña de deuda que se ha ido acumulando será un desafío en el medio plazo por lo que las autoridades deberán calibrar con cuidado la gradual retirada de estímulos y evitar abruptos ajustes.
La pandemia de la covid-19, detectado en primer lugar en un brote en Wuhan (China) a finales de 2019, ha provocado ya más de un millón de muertos en todo el mundo, según los registros de la Universidad Johns Hopkins.
EFE