Managua, 23 julio.- El partido gobernante de Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que cumple este viernes 60 años de fundado, ha «involucionado» bajo el control de la familia Ortega Murillo, dijo el fundador de la Juventud Sandinista y activista del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, el disidente Gonzalo Carrión.
«Creo que, fundamentalmente, por su desarrollo y actualidad, ha involucionado. En 60 años esa organización (FSLN) ha ido para atrás. Hoy es una organización controlada familiarmente», señaló a Efe Carrión, desde su exilio en Costa Rica.
Para el activista, quien considera que el líder del FSLN, el presidente Daniel Ortega, es un dictador, las aspiraciones de dicho partido sobre una Nicaragua sin dictaduras y «un mundo nuevo» se quedaron «en proclamas», ya que ahora «los que están ahorita dominantes se convirtieron y ahora combaten al nicaragüense».
«Ese partido jerárquicamente estructurado en obediencia a una familia, no es nada moderno, ni democrático, y no aporta al desarrollo del país, por el contrario, hoy por hoy, por los resultados, tiene muchas responsabilidades, las principales en la tragedia a la que está sometido el pueblo, porque participa en crímenes de lesa humanidad», sostuvo Carrión.
La acusación por crímenes de lesa humanidad contra el Gobierno de Ortega se basa en los sucesos de 2018, en los que cientos de nicaragüenses murieron, fueron arrestados o desaparecieron, durante ataques armados de policías y civiles armados contra manifestaciones antigubernamentales masivas, según ha documentado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
«FSLN VIVE EN PERMANENTE CONSPIRACIÓN»
Para el disidente, el FSLN es «un partido-nación con una condición jerárquica, militar, guerrillera, y el esquema conspirativo y en buena medida antidemocrático», que vive «en permanente conspiración» para «hacer el máximo daño a las personas que no considera adversarias, sino como enemigo».
En el marco del proceso electoral, las autoridades han arrestado a casi una treintena de dirigentes políticos opositores, entre ellos seis aspirantes a la presidencia.
Entre los aprehendidos están tres miembros de la familia Chamorro, de amplio recorrido en la política nicaragüense, en medio de críticas emitidas por Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, esta última una exsecretaria del héroe nicaragüense Pedro Joaquín Chamorro (1924-1978), padre de dos de los detenidos y tío de otro.
«Ese no es partido, 60 años después va para atrás, porque lo dirige un caudillo de forma familiar, sigue para atrás, porque sigue una tendencia militar y dinástica, ahora acuerpado por tres cuerpos armados, los que señala la Constitución (Policía y Ejército), y el tercer cuerpo de civiles armados, incluso él (Ortega) les llamó paramilitares y al final les llamaron policías voluntarios», anotó.
Carrión mostró como prueba del retroceso del FSLN la celebración del aniversario 42 de la revolución popular sandinista, que solamente contó con un representante de un Estado que pocos países reconocen, Abjasia, con poco más de 1.000 asistentes, en contradicción con las masas que desbordaban plazas y ante la presencia de representantes de decenas de países.
«Ese partido es la negación absoluta de derechos y garantías (…). Si alguna vez significó esplendor, gloria, y muchas cosas más, eso quedó lejos, y hoy por hoy representa las acciones más dañinas para una sociedad, por eso no quieren perder el poder, porque saben que si lo hacen pasarán a ser extinguidos por la sociedad nicaragüense», puntualizó.
Wilder Pérez R.