El fallecido expresidente argentino Raúl Ricardo Alfonsín (1983-1989) recibió este miércoles, cuando se cumplen 36 años de su victoria electoral, diversos homenajes, entre ellos del Gobierno de Mauricio Macri y también del presidente electo, el peronista Alberto Fernández.
Alfonsín, primer presidente democrático tras el fin de la última dictadura militar en el país (1976-1983) y que murió en 2009 con 82 años, obtuvo el reconocimiento de ambos bandos políticos con distintas acciones.
Mientras que el Gobierno aprovechó este 30 de octubre para inaugurar el edificio «Presidente Raúl Alfonsín», que será la nueva sede del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Fernández participó en un acto de homenaje al exmandatario a pesar de pertenecer a movimientos políticos diferentes.
«Alfonsín fue un hombre inmenso, enorme, que a todos los argentinos de mi generación inculcó la importancia del respeto a las ideas del otro y el respeto a la convivencia democrática», expresó Fernández en un acto en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo en Buenos Aires.
El dirigente del Frente de Todos, que el pasado domingo ganó las elecciones presidenciales, expresó su admiración por la figura del «padre de esta democracia», aunque su partido, la Unión Cívica Radical, actualmente integra la coalición de Juntos por el Cambio, que se convertirá en la principal oposición al Gobierno de Fernández.
El presidente electo recordó que la candidatura de Alfonsín hizo que en las elecciones de 1983 votara al peronismo «con muchas dudas», e incluso confesó que en esa época se coló como «infiltrado» en uno de los discursos del expresidente, del que salió «muy impactado».
Asimismo, repasó algunas de las anécdotas que compartió con Alfonsín cuando ejerció como jefe de Gabinete durante el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007).
Para concluir su discurso, Fernández prometió que el 30 de octubre de 2023, cuando esté terminando su mandato y se cumpla el 40 aniversario de los históricos comicios de 1983, Alfonsín tendrá «el mejor homenaje».
Por su parte, el Gobierno argentino saliente inauguró este miércoles el edificio «Presidente Raúl Alfonsín», nueva sede del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y situado en la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
Este espacio, reconvertido en un lugar de memoria histórica, fue el mayor centro clandestino de tortura y detención durante la última dictadura del país austral y por él pasaron cerca de 5.000 personas que forman parte de los 30.000 detenidos-desaparecidos -número calculado por los organismos humanitarios- entre 1976 y 1983.
Durante su mandato, el político radical se destacó por la apertura de los juicios contra las Juntas Militares de la dictadura argentina por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante este régimen.
«Para nosotros se trata de un hito muy importante, por primera vez el Ministerio de Justicia va a tener un edificio representativo en un lugar que debe convertirse en un centro cívico que permita no olvidar nunca lo que pasó y exaltar el valor de la justicia como lo ha hecho Alfonsín», sostuvo el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano.
A la inauguración acudió Ricardo Alfonsín, dirigente radical e hijo del expresidente, quien agradeció a Macri este reconocimiento y afirmó que es también «un reconocimiento al conjunto del pueblo argentino».
EFE.
