Bogotá, 25 oct – El Gobierno del presidente colombiano, Gustavo Petro, primero de la izquierda en Colombia, se juega su prestigio en las elecciones de alcaldes y gobernadores del próximo domingo en las que, todo indica, recibirá en las urnas un fuerte llamado de atención del electorado.
Según la encuesta más reciente de Invamer, publicada el pasado 11 de octubre, el mandatario tiene una desaprobación del 60 % y las opiniones favorables son el 32 %, a lo que se suma que la coalición con la que llegó al poder, el Pacto Histórico (PH), tiene muy pocos candidatos con opciones reales de ganar alcaldías o gobernaciones importantes.
En Bogotá, uno de los fortines electorales de Petro, Carlos Fernando Galán, candidato del Nuevo Liberalismo y crítico del mandatario, es el favorito, según las encuestas, e incluso ganaría en una eventual segunda vuelta al aspirante del PH, el exsenador Gustavo Bolívar, muy cercano al presidente.
Federico ‘Fico’ Gutiérrez, un férreo opositor a Petro, aparece como gran favorito para ganar la Alcaldía de Medellín con más de 40 puntos porcentuales de ventaja sobre Juan Carlos Upegui, candidato del partido Independientes, que hace parte del Pacto Histórico.
En Cali, donde todo está más reñido, la carrera la disputan Roberto Ortiz y Alejandro Eder, dos políticos más vinculados a los partidos tradicionales y poco cercanos al mandatario.
En otras ciudades como Barranquilla y Cartagena tampoco figuran en la parte alta de las encuestas aliados del jefe de Estado ni tampoco lo hacen en las gobernaciones de departamentos clave como Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca.
Grietas en la coalición de Gobierno
La profesora Patricia Muñoz, de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, aseguró a EFE que en este escenario hay que tener en cuenta dos factores claves.
El primero es que «la base del funcionamiento del Gobierno nacional depende de cómo quede configurado el mapa político regional», y el segundo, que estos comicios tienen motivaciones diferentes a las elecciones nacionales, especialmente en lo relacionado con el arraigado poder de los partidos tradicionales en las regiones.
En ese contexto, recordó que Petro se convirtió el año pasado en el primer político de izquierdas en ganar la presidencia y para lograrlo tuvo que ampliar su base de apoyos.
«El Pacto Histórico no es un partido, fue una coalición de partidos de izquierda. Y muchos de estos movimientos encontraron en el auge de partidos este año -contamos con más de 35 en un sistema donde antes había entre 12 y 16- un incentivo para abrirse a una propuesta individual de candidaturas, de coaliciones con otras fuerzas políticas», expresó.
Por ello, explicó, los partidos más tradicionales tienen «más organización que se traduce en una mayor movilización en las elecciones locales y regionales».
Si se tiene en cuenta que los partidos pueden hacer para estos comicios coaliciones locales y regionales que no tienen que ser iguales en todos los lugares, es más difícil rastrear hacia dónde se mueven esas fuerzas.
¿De qué dependerá la gobernabilidad?
Si los pronósticos de las encuestadoras resultan acertados, Petro tendrá que trabajar para sacar adelante sus proyectos con alcaldes y gobernadores que no son afines a su ideario político, como ya le ocurrió a su antecesor, el uribista Iván Duque (2018-2022), que gobernó tres años con opositores al frente de las tres principales ciudades del país.
El manejo de la relación -de doble vía- será clave tanto para el presidente para los gobernantes locales, que deberán gestionar ante el Gobierno de Petro recursos para ejecutar sus programas.
En opinión de Muñoz, el presidente y los Gobiernos locales deben entender «el concepto de gobernanza desde la necesidad de unir esfuerzos, generar diálogo, manejar acercamiento y buscar puntos comunes».
«Lo que hoy se está vislumbrando es que probablemente los ganadores estén alejados en lo político e ideológico del presidente (…) Por eso insisto en el concepto de gobernanza, porque los gobernantes saben que cuatro años de tensiones, desencuentros, discusiones y lejanías simplemente son el mejor bloqueo para un ejercicio de Gobierno», expresó.
Eso será particularmente retador para el jefe de Estado, que suele ventilar, sin ningún tipo de filtro, sus discusiones y opiniones por las redes sociales.
Por eso, los resultados de las elecciones del próximo domingo serán clave para el presidente, pero será más importante aún ver cómo logra entablar una mejor relación con los alcaldes y gobernadores si las urnas le dan un mensaje de advertencia.EFE.
Jorge Gil Ángel