Cada vez que llega el otoño no sólo es señal de que ya el verano se fue y que el invierno toca a la puerta sino de que, haya aún calor o no, se esté donde se esté, las mujeres empiezan a sacar del armario sus prendas de época. El ritual se cumple con puntualidad meteorológica y determinación femenina. Es parte de su naturaleza, su afición por cautivar, es el ingrediente propio que las hace ser lo que son: los seres más adorables de la vida. Porque no me podrán negar que se necesita arrojo y estoicismo para ataviarse, sea cómodo, conveniente, se sufra o no, el atuendo de regla. De eso solo son capaces las mujeres... ROBERTO CASIN: Estética con dignidad – Opinión – ElNuevoHerald.com http://hrld.us/1fMi75O
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«El honor de envejecer con distinción»
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