Decenas de solicitantes de asilo aguardan a la intemperie desde hace días para poder ser atendidos por los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid en plena ola de frío, entre ellos varias familias de venezolanos, recién llegados a España huyendo de la crisis de su país.
Es el caso del venezolano Alexis y su familia, que llevan dos noches durmiendo en la entrada de uno de los centros del Samur Social de Madrid (el servicio municipal de atención a las emergencias sociales del Ayuntamiento), última opción para conseguir un alojamiento ante la falta de recursos, tras llegar a España para «solicitar refugio».
«España es un país que siempre nos ha ayudado», cuenta en declaraciones a Efe Alexis, quien tiene cita para pedir asilo en los próximos días y confiesa que se ha visto obligado a vivir a la intemperie, con cartones, mantas e incluso paraguas, porque no tiene dinero para pagar un hospedaje.
En la mismas condiciones se encuentra Carolina, también venezolana, quien lleva dos noches «esperando alguna respuesta», después de llegar hace una semana a España, donde no tiene ningún familiar ni amigo que la pueda acoger.
HAMBRE Y FRÍO A LA INTEMPERIE
«Si de verdad lo tuviera no pasaría esta necesidad tan grande de pasar frío, de pasar hambre», relata mientras trata de protegerse de las bajas temperaturas de la capital española con abrigos y mantas. El poco dinero que tiene, dice, lo utiliza para comer «o compartir con los demás compañeros que tampoco tienen dinero».
Su futuro en España podría cambiar a partir del próximo 22 de noviembre, cuando está citada para tramitar su petición de protección internacional.
Según denuncia Red Solidaria de Acogida, casi medio centenar de solicitantes de asilo, entre ellos trece menores, están durmiendo al aire libre en Madrid a la espera de que «puedan ser atendidos».
Una situación ya se vivió en la capital española el pasado mes de octubre, hasta que el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Asuntos Sociales llegaron a un acuerdo para acoger a estas personas.
La realidad de los solicitantes de asilo en España se ha visto agravada en los últimos años ante la creciente llegada de personas y la insuficiente respuesta de las instituciones públicas.
SERVICIOS SOCIALES DESBORDADOS
Las autoridades municipales aseguran que sus recursos están desbordados ante la llegada de 68 familias por semana, por lo que piden más implicación del Gobierno central.
En cambio, desde el Ejecutivo se recalcó h que están cooperando activamente con el Ayuntamiento de la capital en la adecuación de nuevos centros para acoger a estas personas mientras se tramitan sus peticiones de asilo.
Al término de 2018, el Gobierno tenía pendiente de atender 78.705 solicitudes de protección internacional (asilo, refugio o acogidas temporales) -entre las cuales 31.620 eran de venezolanos-, cifra que se disparó hasta los 102.890 tan solo tres meses después, según datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
La crisis política, social y económica que atraviesa el país latinoamericano en los últimos años ha disparado el número de venezolanos que piden asilo en España, hasta alcanzar las 20.053 en 2018, 33 veces más que las solicitudes de 2015.
Hasta el 31 de mayo de este año se habían presentado 46.596 peticiones por parte de ciudadanos de todo el mundo, de los cuales 16.854 eran venezolanos, la nacionalidad con más solicitudes por tercer año consecutivo.
Sin embargo, la mayoría de esas solicitudes tramitadas no logran protección internacional.
Hoy mismo varias organizaciones dedicadas a la ayuda a los refugiados denunciaron en un informe la grave situación que viven las personas que piden protección internacional en España.
EFE
