Bangkok, 3 de marzo de 2025.- El líder de la junta militar birmana, Min Aung Hlaing, partió este lunes a Rusia para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, con quien conversará sobre economía y seguridad, cuando el Ejército birmano pierde terreno en manos de fuerzas rebeldes y prodemocráticas.
Según informó el canal estatal birmano MRTV, el general salió hacia Rusia desde el aeropuerto de Naypyidó, acompañado por varios altos cargos de la junta en respuesta a una invitación de Putin, con quien se reunió en septiembre de 2022, en el VII Foro Económico Oriental, celebrado en Vladivostock.
Durante su visita ambas partes van a abordar «asuntos y estrategias de cooperación» bilateral, especialmente en temas de «economía y seguridad», de acuerdo con MRTV, que no ofreció más detalles sobre la agenda del viaje, enmarcado en el 77 aniversario de las relaciones entre ambos países.
«Los dos países trabajarán para mejorar aún más las relaciones bilaterales», añadió el canal.
Por su parte, el Kremlin indicó en su página web que la reunión entre el general birmano y Putin se celebrará el martes, cuando se encontrarán por segunda vez desde que el Ejército birmano se sublevó el 1 de febrero de 2021 contra el Gobierno democrático del país, liderado entonces por Aung San Suu Kyi, presa desde el golpe.
«Al término de las conversaciones, está previsto que adopten una declaración conjunta y firmen una serie de documentos intergubernamentales», dice la declaración de Moscú.
El líder de la junta birmana, que está sometido a sanciones por varios países, entre ellos EE.UU., y contra quien la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) pidió el pasado noviembre una orden de arresto por su papel en la campaña militar contra la minoría rohinyá en 2017, investigada por la ONU por constituir un posible genocidio, calificó a Putin como «líder del mundo» en 2022.
El Ejército birmano, que adquiere gran parte de su armamento de Rusia, afronta desde hace tiempo una crisis de efectivos y de pérdida de terreno, ante la respuesta de la resistencia surgida tras la asonada, que hizo que miles de jóvenes sin experiencia bélica se lanzaran a la lucha armada formando milicias prodemocracia.
El golpe de 2021 sumió a Birmania en una grave crisis política, económica y social y acabó con una década de transición democrática, derivando en el encarcelamiento o el exilio de sus principales líderes y desatando una ola de represión que ha costado la vida a manos de las autoridades a más de 6.300 personas, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
EFE