Por JEREMÍAS TRALLER
El flamante Túnel de la Línea fue construido junto al pie del segundo volcán más peligroso del mundo.
A pesar que el Volcán Machín curiosamente es desconocido para la gran mayoría de colombianos, según vulcanólogos y especialistas en prevención de desastres, su altísima peligrosidad obedece al destructivo pasado geológico que lo acompaña y a la densidad de población que hoy habita en su zona de influencia. Además, se encuentra activo, ha presentado llamativos eventos sísmicos desde 2008 e incluso, en 2019 se declaró alerta amarilla.
Se da por hecho que su actividad desencadenará en otra erupción tan explosiva como las siete que se tienen registradas en 10.000 años, aunque no se sabe cuándo ocurrirá.
Aun así, después de todas las advertencias de expertos y de las propias agencias estatales, los gobiernos colombianos se obstinaron en construir la obra en una zona de alto riesgo volcánico, lo que irónicamente pretende generar mayor flujo y concentración de población en la región, aumentando la probabilidad de una hecatombe anunciada.
La última vez que el Machín desató su furia fue hace 800 años. Aunque los temblores habían comenzado días antes, los pobladores de la región -los Quimbayas- seguramente no creyeron que fuera la señal del inminente fin del mundo. El día amaneció despejado. Pero a mitad de la mañana, la acumulación de gases agrietó el cono del volcán. El magma atrapado salió disparado, generando una descomunal columna de humo de 40 kilómetros de alto, que, por efecto de la presión y la gravedad, formó en el cielo un terrorífico hongo similar al de una bomba nuclear. Los vientos a gran altitud la transportaron hacia el oeste. Mientras la mayoría observaba impávida el impresionante espectáculo que ofrecía su montaña sagrada, algunos entraron en pánico y huyeron despavoridos en cualquier dirección. La preciosa mañana no demoró en oscurecerse. Antes del mediodía todas las poblaciones se habían adentrando en las más profunda de las penumbras y proveniente del cielo, los dioses, como dando fe de un inesperado castigo, a los pocos minutos hicieron llover rocas envueltas en fuego que caían como bólidos sobre las viviendas.
Según INGEOMINAS, el material piroclástico fue transportado de diversas maneras, a diferentes distancias y lugares. Las rocas más grandes tomaron trayectorias de proyectiles balísticos y cayeron a distancias de hasta 10 kilómetros horizontales desde el cráter. Los fragmentos de roca más pequeños fueron transportados por el viento desde la columna de erupción, cayendo a decenas e incluso centenares de kilómetros. Las acumulaciones de estos materiales alcanzaron espesores de hasta 2 metros, a decenas de kilómetros del volcán.1
La erupción del Machín coincide con el fin del Periodo Clásico y de esplendor de la cultura Quimbaya, los mejores orfebres de oro de la América precolombina. 200 años después se desarrollaron algunas culturas en la zona, pero con detalles y técnicas más simplificadas.
Evento futuro
Para INGEOMINAS, de repetirse en el futuro una erupción similar a la que narra la leyenda indígena y que la propia agencia estatal pudo corroborar científicamente con riqueza de detalles, debido a la densidad poblacional que existe hoy, el volcán afectaría gravemente a por lo menos un millón de personas2 . Las ciudades más afectadas serían Cajamarca, Ibagué, Armenia, Girardot, Salento, Filandia, Circasia, Calarcá y otras decenas de poblaciones repartidas entre Tolima, Quindío, Cundinamarca y Valle del Cauca.
En lo que respecta a la vía Cajamarca–Armenia (el Túnel de La Línea) y concretamente al punto del Portal Bermellón –la boca del túnel-, INGEOMINAS previó que el viaje de los ríos de lava y de flujos piroclásticos, generaría arrasamiento total, incendios, socavación lateral, obstrucción total de vías, drenajes y formación de presas en los cauces de todos los ríos y quebradas aledaños, derrumbes y desplazamientos de tierra, así como dificultades respiratorias durante años en toda la región, por la presencia de partículas finas suspendidas en el aire.3
Sobrecostos y Mina de Oro
El proyecto Túnel de La Línea comenzó hace 118 años y terminó la semana pasada. Un verdadero despropósito, si se considera que el mundo contaba con la tecnología suficiente para realizar este tipo de obras desde comienzos del siglo XX. Por eso en un reciente reportaje, la BBC de Londres no supo responder a su propia pregunta, de ¿por qué una nación tan necesitada de conectar al centro del país con el Pacífico, se había demorado 100 años en construir una obra tan importante para su desarrollo?
Sin embargo, desde tiempos de la Colonia se sabe que la zona del Alto de la Línea siempre fue rica en oro. Y es que no muy lejos de allí, en 1890 fue hallado el fabuloso Tesoro Quimbaya, que el gobierno colombiano obsequió a España. Así que todo un siglo de excavaciones frustradas, generan toda clase de dudas para la construcción de un trayecto de carretera que era indispensable para conectar al país con el Océano Pacífico.
Ahora bien, ¿cómo es posible que una obra de esa envergadura se haya decidido finalmente realizar, precisamente en la ladera de un volcán activo, haciendo caso omiso de las recomendaciones dadas por expertos durante décadas?
Conforme a las cifras oficiales, la última etapa de la mega obra tuvo sobrecostos del 500%, incluso con sentencias a favor del propio contratista incumplido. Muchas dificultades tecnológicas se arguyeron durante los últimos 11 años. De ésta manera, los sobrecostos, las caducidades y liquidaciones contractuales, contribuyeron a amasar extraordinarias fortunas. Y es que ha sido una constante en el país, prolongar las obras públicas mucho más allá de los términos contemplados, a costa del desangre del erario público, siempre bajo la excusa de los “imprevistos”
Quizás la respuesta a todos los interrogantes se encuentre en la codicia del oro, de la que nuestros gobernantes nunca se han librado desde los tiempos de la búsqueda del Dorado. Y es que, según la tradición oral, en el lugar donde se asienta Cajamarca se conectan columnas de oro y cuando los hombres terminen de saquearlo, rugirá de nuevo el Machín 4 .
Lo cierto es que el inicio y desarrollo de la obra, coincide con el hallazgo oficial en 2008, de la reserva de oro de La Colosa, una de las diez más grandes del mundo. A partir de ahí, comenzaron de manera paralela la construcción del Túnel de La Línea y la exploración y explotación del impresiónate yacimiento de oro. El saqueo aurífero está localizado en pleno casco urbano de Cajamarca y el Alto de la Línea.
Entonces, las perforaciones del Túnel de la Línea encajan plenamente en tiempo y lugar con las excavaciones de una de las mayores reservas de oro del planeta.
Este sería el coctel ideal no solo para crear una olla perfecta de corrupción estatal, sino para provocar un daño medioambiental en una de las zonas sísmicas más peligrosas del país.
Aunque AngloGold Ashanti siempre ha minimizado el impacto ambiental de su explotación aurifica en la zona, a partir de 2008 se incrementó dramáticamente la actividad sísmica del Machín 5 hasta alcanzar la alerta amarilla en 2019. La zona de mayor afectación sísmica se ubica a 12 kilómetros alrededor del volcán, donde los dos grandes eventos de remoción de tierra en masa, el Túnel y La Colosa, convierten a la región en un enfermo agonizante con respirador artificial.
Parece que todos los elementos están dados para que veamos el túnel al final de la luz, en una brutal catástrofe que ahora si partiría en dos a la nación, separando definitivamente a la región pacífica del centro; siendo este, quizás, el verdadero y macabro anhelo que desvela a los saqueadores de guacas y tesoros del país.
1 Ingeominas. Información sobre el Volcán Cerro Machín en relación con el proyecto Túnel de La Línea. Boletín Geológico. 2003.
2 Ingeominas. Memoria explicativa del mapa de amenaza volcánica del Cerro Machín. Julio de 2003.
3 Ingeominas. Atlas de amenaza volcánica versión 2007. Evaluación de la amenaza potencial del Volcán Cerro Machín. 2007.
4 Gaceta del Congreso de la República. Año XXII – Nº 77, Bogotá, 2013.
5 Universidad Nacional de Colombia. Minería, territorio y territorialidad: el caso del hallazgo aurífero La Colosa en el municipio de Cajamarca (Tolima-Colombia) 2000-2013. Bogotá, 2013.
Tomado de La Nueva Prensa