- La programación contempló expresiones artísticas y culturales.
- Desde las 9:00 a. m. se presentó una galería fotográfica, una muestra gastronómica, un conversatorio y un concierto.
- Las actividades se realizaron con ACNUR, Opción Legal, Mesumo, CAH y la Colectiva Justicia Mujer.
Medellín, junio 20 de 2023- Con jornada conmemorativa, el Museo Casa de la Memoria fue el espacio para hacer visibles las acciones y resistencias de la población desplazada en el país.
Cada 20 de junio se rememora el Día Mundial del Refugiado, una fecha para pensar en las formas de desplazamiento que ocurren en el mundo. Esta vez, el museo fue el escenario para destacar las resistencias de las personas desplazadas desde el arraigo a sus costumbres.
“Es la oportunidad de reflexionar sobre los diferentes tipos de desplazamiento que existen. El Museo Casa de la Memoria, desde su enfoque misional, visibiliza el desplazamiento forzado a causa del conflicto armado colombiano, también reconoce y acoge en esta conmemoración los demás tipos de desplazamiento como las personas migrantes. Somos un espacio de memorias vivas que permanece en constante construcción. Ser la Casa de las Víctimas es tener nuestras puertas abiertas a la escucha, al diálogo y al aprendizaje”, dijo la directora del Museo Casa de la Memoria, Xamara Mesa Betancur.
Las actividades iniciaron con una galería fotográfica que reflejó los rostros del desplazamiento, el arraigo de las personas con sus territorios, prácticas y costumbres.
Paralelamente se realizó una exhibición gastronómica acerca de lo que no se puede arrebatar: la sabiduría del campo, la siembra y la cultura alrededor de la comida en los diferentes territorios. La reflexión giró en torno a la memoria contada en las recetas y en que, si bien el desplazamiento genera un desarraigo de la vivienda, las costumbres permanecen y habitan los nuevos lugares.
“Con estos espacios fomentamos la economía, que no solamente ingresa a nuestro hogar, sino que también impulsa el país de acogida que nos ha brindado la oportunidad de crecer como emprendedores y, a través del empoderamiento, no solamente como madre cabeza de familia, sino como una mujer, me siento capacitada para hacer muchas cosas que más adelante podré desempeñar”, señaló la migrante venezolana, Zuley Andrea Rivas, quien lleva tres años en el país.
La agenda cerró con el conversatorio “Tejidos de esperanza”, en el que diferentes voces compartieron su experiencia como desplazadas y las formas que han descubierto para habitar los lugares a los que han llegado desde expresiones artísticas y culturales. Finalmente, 180 músicos se unieron en el concierto Cuidan DO RE MI, como gesto de apoyo y acompañamiento a la causa de la resistencia.
El evento contó con unas 300 personas entre víctimas, organizaciones y visitantes.
