Belgrado, 2 de mayo de 2024.- El nuevo Gobierno de Serbia, formado por conservadores populistas y socialistas, recibió este jueves el visto bueno del Parlamento con la promesa de avanzar hacia la Unión Europea (UE) al tiempo que pretende mantener buenas relaciones con China y Rusia.
El ejecutivo, encabezado por el hasta ahora ministro de Defensa y líder del Partido Progresista Serbio (SNS), Milos Vucevic, tuvo el apoyo de 152 diputados, frente a 61 que votaron en contra.
El SNS, en el poder desde 2012, ganó las elecciones del pasado 17 de diciembre con una mayoría absoluta de 129 diputados, pero decidió mantener la coalición que tenía en la anterior legislatura con el partido socialista SPS.
Vucevic dijo hoy ante los legisladores que «el ingreso como miembro de pleno derecho de la UE sigue siendo el objetivo estratégico de Serbia», a la vez que criticó a Bruselas por imponer criterios que, en su opinión, son cada vez más políticos.
El nuevo Gobierno serbio tiene 30 ministros de orientaciones políticas e ideológicas diversas, en un reflejo de la política exterior de Serbia, candidato al ingreso en la Unión Europea pero con fuertes e históricos vínculos con Rusia.
Belgrado ha condenado la agresión rusa contra Ucrania y defiende su integridad territorial pero no aplica sanciones contra Rusia.
Aunque la mayoría de los titulares son pro occidentales, dos ministros son muy próximos a Moscú y están bajo sanciones de Estados Unidos: el viceprimer ministro Aleksandar Vulin, antiguo jefe de los servicios secretos, y el titular sin cartera Nenad Popovic.
El nuevo ministro de Exteriores será Marko Djuric, hasta ahora embajador serbio en EEUU, quien según la prensa serbia ha contribuido a mejorar las relaciones de Serbia con Washington.
Vucevic es desde mayo de 2023 presidente del SNS en sustitución de Aleksandar Vucic, actual jefe del Estado y figura política dominante del país, acusado por sus críticos de autoritarismo.
El primer ministro, de 49 años, fue alcalde de Novi Sad, la segunda mayor ciudad serbia, entre 2012 a 2022, cuando fue nombrado titular de Defensa y vicepresidente del Gobierno.
Las elecciones de diciembre dieron paso a un ambiente de tensión en Serbia, con protestas populares y de parte de la oposición contra un presunto fraude electoral, que el Gobierno niega.
Un gran reto para el Gobierno serbio es la normalización de sus relaciones con Kosovo, exprovincia serbia que en 2008 proclamó su independencia, una década tras la guerra de Kosovo (1998-99) y tras la represión que sufrió la población albanokosovar a manos de las autoridades yugoslavas (serbias) en los años 1980 y 1990.
La mayoría de los países occidentales, con algunas excepciones como España o Grecia, reconocen la independencia de Kosovo, que a su vez es rechazada por Serbia, con el apoyo de Rusia y China.
La normalización de relaciones mediante un diálogo amparado por Bruselas es una condición para Serbia en su vía hacia la UE.
Vucevic anunció que su gobierno hará todo lo posible para impedir la entrada de Kosovo en el Consejo de Europa y asegura que la minoría serbia del país vecino sufre bajo una creciente discriminación.
EFE