Este análisis fue elaborado por Dejusticia y del Human Rights Data Analysis Resource Center y agrupa la información compilada por distintas organizaciones sobre los homicidios de líderes sociales en el país.
Concluye que, a través de un método estadístico, la problemática tiene una magnitud mayor a la que se reporta.
Luego de aplicado el método, se pudo constatar que existe un subconteo en los asesinatos a líderes sociales en el país, incluso por parte de las organizaciones que más realizaron reportes.
A diario, al menos seis organizaciones en Colombia registran las muertes de líderes sociales que vienen ocurriendo después de la firma del Acuerdo de Paz, en 2016. Medios de comunicación, organizaciones de la sociedad civil, entidades oficiales y también organismos internacionales realizan el conteo, utilizando diferentes categorías para estimar a quiénes les están quitando la vida.
Pero, ¿hay alguna forma de obtener un dato más preciso sobre el número real de asesinatos a líderes sociales? Investigadores de Dejusticia y del Human Rights Data Analysis Resource Center (HRDAC) aplicaron un modelo estadístico para entender cuántos podrían ser los homicidios totales y aclarar cuántos de estos líderes asesinados se estarían quedando por fuera de los conteos.
Más allá de la diferencia en los datos, es claro que existen múltiples dificultades para llevar un registro completo de los homicidios. Por ejemplo, algunos pudieron ejecutarse en lugares aislados; es posible que los medios de comunicación no reporten siempre los seguimientos de las entidades gubernamentales o de la sociedad civil, o algunos casos pueden verse como una desaparición forzada, y no como un homicidio.
Sin embargo, la diferencia entre las cifras ha hecho que en el debate público se considere que la información es poco confiable. De hecho, se ha utilizado la falta de unanimidad entre los datos de cada uno de diversos actores para debilitar el diagnóstico de la problemática.
Dejusticia realizó una alianza con el Human Rights Data Analysis Resource Center (HRDAC), una organización estadounidense que analiza violaciones a los derechos humanos desde las matemáticas y que ya ha aplicado esta metodología en la estimación de cifras de homicidios en Kosovo y Siria, entre otros.
Los investigadores realizaron la estimación con el insumo de las cifras de seis distintas instituciones que hacen un seguimiento a la evolución de la temática en Colombia. Se tomaron los datos de las organizaciones de la sociedad civil: Somos Defensores, Indepaz y Cumbre Agraria, así como del Alto Comisionado para las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, la Defensoría del Pueblo y la organización internacional Front Line Defenders.
Con base en datos de estas organizaciones se estimó el número total de líderes asesinados en 2016 y 2017 por medio de una metodología que permite incluir aquellos casos que nunca fueron documentados.
La metodología es conocida como método bayesiano no paramétrico de clase latente y captura-recaptura (LCMCR por sus siglas en inglés). El modelo toma uno a uno los asesinatos reportados por las organizaciones, y con base en el análisis de la cantidad de casos coincidentes entre ellas, estima los homicidios que nunca fueron documentados.
Hallazgos y conclusiones
Al aplicar el método se pudo constatar que existe un subconteo en los asesinatos a líderes sociales en el país, incluso por parte de las organizaciones que más realizaron reportes.
En el 2016, seis organizaciones documentaron el asesinato de 160 líderes sociales, mientras que nuestros resultados muestran que en el mismo año fueron asesinados aproximadamente 166 líderes sociales. Por su parte, en 2017 fueron documentados 172 asesinatos de líderes sociales, mientras que nuestros resultados muestran que esta cifra fue de aproximadamente 185.
Así las cosas, el modelo matemático estima que en 2016 pudieron quedarse por fuera de los conteos hasta 20 asesinatos de líderes sociales, y en 2017 esa cifra pudo elevarse a 48. Además, la metodología confirmó que con más del 50 % de probabilidad los asesinatos de líderes sociales en Colombia aumentaron en por lo menos un 10 % entre esos dos años.
Aunque existe una disparidad entre los datos presentados por organizaciones, pues cada entidad cuenta con distintos recursos, distintas fuentes de información y un acceso diferencial a los territorios, estos monitoreos independientes son importantes y necesarios, pues le aportan Colombia un contexto indispensable sobre lo que está ocurriendo con estos asesinatos selectivos a líderes.
Contrario al argumento tradicional de que la disparidad de las cifras genera incertidumbre, si se toma el trabajo de cada una de las organizaciones y se analiza en conjunto el panorama que presentan, los resultados permiten una aproximación más cercana a la realidad. Esta consolidación de información hace posible la realización de estudios como éste, que amplían el panorama de análisis de la situación.
Sin embargo, aunque la suma del trabajo de las organizaciones es cercana a la realidad, en su conjunto continúa habiendo un subconteo. De hecho, la diferencia entre el reporte de las organizaciones y el total de líderes sociales asesinados aumentó entre 2016 y 2017.
La violencia contra líderes sociales es mayor a la que reportan las organizaciones y además, la violencia letal sí aumentó entre 2016 y 2017, probablemente en 10% o más, por lo que resulta urgente que se tomen medidas eficaces para dar fin a esta problemática, para lo cual, a su vez, es necesario escuchar los pedidos de las organizaciones de líderes sociales.
En el caso del asesinato de líderes sociales, el LCMCR se basa en el registro común de las organizaciones y en aquellos casos que fueron identificados solo por una organización, por dos y así sucesivamente para estimar cuál es el tamaño del universo. La metodología utilizada permite medir el tamaño del universo de líderes sociales asesinados. Volviendo a la analogía, utiliza las coincidencias de los homicidios en las distintas bases de datos (equivalente a la recaptura de los animales) para estimar de qué tamaño es el universo total. Esto lo hace teniendo en cuenta los posibles factores que podrían llevar a que el registro de los asesinatos no fuera aleatorio.
Sobre las organizaciones
Dejusticia es un centro de estudios jurídicos y sociales localizado en Bogotá, Colombia, que se dedica al fortalecimiento del Estado de Derecho y a la promoción de los derechos humanos en Colombia y en el Sur Global. Esta organización trabaja por el cambio social a través de investigaciones, litigios, programas de formación, estrategias de comunicación y propuestas de políticas públicas.
Human Rights Data Analysis Resource Center (HRDAC) es una organización sin ánimo de lucro que utiliza la ciencia de manera rigurosa para analizar la violación de derechos humanos alrededor del mundo. Su trabajo estadístico ha sido utilizado por comisiones de la verdad, tribunales internacionales y organizaciones no gubernamentales en 5 continentes. A comienzos de 2018, Patrick Ball recibió el Karl E. Peace Award, que reconoce a estadísticos que han hecho contribuciones sustanciales a la profesión estadística y que han llevado a mejoras en la condición humana.
Tomado de Dejusticia.