Praga, 25 abr – El presidente de la República Checa, Milos Zeman, afirmó hoy que no hay pruebas concluyentes para inculpar a Rusia por el presunto sabotaje de un depósito de armas en 2014, tras el que supuestamente había agentes de los servicios secretos rusos, lo que causó esta semana una crisis diplomática sin precedentes.
La investigación, que ha sido asumida por un equipo dirigido por el fiscal general del Estado, Pavel Zeman, prosigue ahora su curso para dilucidar lo que pasó.
«Trabajamos con dos versiones en la investigación: la primera, que se produjo la explosión tras una manipulación por parte de personal no especializado. Y la segunda, que hubo una intervención del espionaje extranjero. Veo seriamente ambas versiones como posibles», dijo hoy el jefe de Estado en un mensaje televisado al país.
Con sus declaraciones, el mandatario checo contradice la postura oficial del Ejecutivo de coalición, que ha dado por seguro que la acción fue realizada por dos espías con documentación falsa emitida por el servicio de espionaje militar ruso (GRU).
El primer ministro, el populista liberal Andrej Babis, señaló hace una semana, tras las pesquisas del contraespionaje checo (BIS), que había «pruebas irrefutables» para inculpar a los rusos.
El presidente Zeman, sin embargo, ha mostrado hoy su extrañeza con la cadena de acontecimientos, al constatar que el BIS no había mencionado hasta ahora el caso Vrbetice, del que han transcurrido siete años.
«En sus memorias anuales de estos siete años, el BIS no mencionó en ninguna ocasión un intervención de agentes extranjeros en Vrbetice», afirmó Zeman, considerado aliado de Vladimir Putin en Europa.
El ex jefe de los socialdemócratas recordó que esta causa, tras la investigación inicial, fue archivada sin inculpar a nadie, tras ver un fallo en la manipulación con unas armas destinadas a Bulgaria y que habían sido pagadas.
Tras las nuevas pesquisas del BIS, de las que el Gobierno checo fue informado el viernes 16 de abril, Praga decretó la expulsión del 18 diplomáticos rusos a lo que Rusia respondió horas después con declarando «persona non grata» a 20 miembros de la embajada checa en Moscú.
Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania también han expulsado a diplomáticos rusos en señal de solidaridad con la República Checa.