El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, pidió este lunes a la población de la zona costera del país centroamericano buscar «tierras más altas» por una amenaza de tsunami detectada por Estados Unidos.
«Toda la población que se encuentra en nuestras costas, por favor movilizarse a tierras más altas. El Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha detectado un posible tsunami», publicó Bukele en sus redes sociales sin entrar en detalles.
La embajada estadounidense en El Salvador señaló en Twitter que «un avión del Departamento de Defensa de los EE.UU. detectó un posible tsunami aproximadamente a 600 millas (965 kilómetros) de la frontera entre El Salvador y Nicaragua».
Una fotografía que acompaña la publicación indica que el punto de impacto sería cerca del Golfo de Fonseca, principalmente en territorio nicaragüense.
El último sismo registrado en el Pacifico por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) fue de magnitud 4,5 a 80 kilómetros de la costa del departamento de Usulután (este) a las 10.03 hora local (16.03 GMT).
Según el MARN, El Salvador tiene 29 localidades ubicadas en la zona costera del país centroamericano que están expuestas a la amenaza de tsunamis tras un terremoto en el Pacífico.
Entre los lugares con «mayor» riesgo están Garita Palmera (este), Barra de Santiago (oeste), Metalío (este), Acajutla (sudeste), La Libertad (centro) y La Unión (sudeste).
En la costa salvadoreña se han registrado 23 tsunamis en el período entre el 1859 y el 2017, y de este total, ocho se originaron por sismos en el Pacífico.
El tsunami más reciente que causó daños ocurrió el 26 de agosto de 2012 y fue generado por un sismo magnitud 7,3 frente a la costa del departamento de Usulután (sudeste).
Este fenómeno causó daños en la infraestructura ubicada en la Isla de Méndez, península de San Juan del Gozo y lesionó a personas que, en ese momento, desarrollaban diversas actividades en la playa.
Al menos 70 observadores locales de la zona costera de El Salvador reciben una capacitación desde este martes para fortalecer sus capacidades de respuesta en caso de producirse un tsunami y otras amenazas costeras como las mareas altas.
EFE.