Bogotá, 27 de julio de 2022.- El canciller designado de Colombia para el próximo gobierno, Álvaro Leyva, abordó este miércoles la propuesta de «paz total» del presidente electo, Gustavo Petro, asegurando que es posible lograrla, a pesar de que es «un reto enorme».
«Vamos a demostrarle al mundo que sí hay manera de plasmar una paz total», dijo Leyva en una cumbre humanitaria con organizaciones sociales de todo el país, organismos de la ONU y congresistas.
La «paz total», según el designado ministro, «es la paz con las regiones, con la geografía, con los vecinos», pero también atacar las raíces de la guerra, como son la pobreza, la desigualdad, el hambre o el narcotráfico.
Por ello, es consciente de que «es un reto enorme porque la paz total va más allá de nuestras fronteras», como lo aseguró durante la cumbre humanitaria celebrada hoy en Bogotá con dos centenares de líderes y a la que debería haber asistido Petro pero que se ha ausentado por indisposición médica.
El próximo encargado de la diplomacia colombiana ahondó sobre una de las primeras acciones que quiere emprender Petro que son las negociaciones de paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), asegurando que van a retomar lo ya construido en años anteriores en La Habana y que están dinamitadas por desacuerdos con el actual Ejecutivo.
SITUACIÓN EN LOS TERRITORIOS
Durante la cumbre, los líderes han expuesto la situación en los territorios, visibilizando que «la gente que vive en los cascos urbanos desconoce las situaciones reales que se ven en los territorios», como aseveró José David Ortega, un líder de Córdoba (norte).
«Después de hacer una revisión a la situación humanitaria se puede concluir que todos los territorios analizados sufren una agudización de la crisis humanitaria ligada a la presencia de diferentes actores armados en estas zonas y del incumplimiento del Acuerdo Final de Paz en estas zonas», aseguran las organizaciones.
De esta forma, le entregaron al nuevo Ejecutivo una agenda humanitaria y una propuesta para la «humanización del conflicto armado en Colombia», con puntos como la importancia de distinguir entre combatientes y no combatientes, de respetar los liderazgos sociales, de prevenir y erradicar la violencia de género, sexual y contra la comunidad LGTBI o la garantía de la libre circulación, entre otros.
Es necesario que «esta agenda empiece con un cese al fuego humanitario», alegó el expresidente colombiano Ernesto Samper, quien intervino durante la cumbre, haciendo alusión a una metáfora médica: «si la violencia está asociada a las heridas (…), la humanización del conflicto es trancar la hemorragia».
Samper apuntó a que el actual presidente, Iván Duque, prometió antes de su investidura que visitaría el Catatumbo, una densa zona fronteriza con Venezuela donde el conflicto es más agudo, pero llegó con fuerza militar y fue incrementando el pie de fuerza durante su mandato.
«Esperamos que Gustavo Petro no llegue con Policía ni Ejército sino con recursos y acciones para la paz y el desarrollo social», subrayó.
Las organizaciones se mostraron optimistas con la nueva era que emprende Colombia, y la ONU volvió a resaltar su conformidad con la política de «paz total» del nuevo Ejecutivo.
«Reiteramos a las organizaciones y al gobierno entrante nuestra voluntad de apoyo (…) para implementar cada una de las propuestas de la agenda humanitaria», resaltó la coordinadora residente de la ONU en Colombia, Mireia Villar.
EFE