Madrid, 9 abr – Por segunda vez en la temporada, en esta ocasión en un momento trascendental en el que se deciden los títulos grandes, el Real Madrid enlaza dos derrotas consecutivas que le sitúan al límite. Complicadas sus opciones de la defensa de la corona liguera, a cuatro puntos del Barcelona y teniendo que visitar Montjuic, se ampara en el misticismo que otorgan antiguas gestas en la Liga de Campeones, para creer en una remontada tras el 3-0 del Arsenal.
No hay argumento futbolístico extraído en el Emirates Stadium que sostenga la remontada que alimentará el espíritu del madridismo hasta el partido de vuelta del miércoles en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid confirmó todos sus males en una gran cita, sin estar a la altura de la exigencia de unos cuartos de final de ‘Champions’, con un plan de partido de Carlo Ancelotti que no encontró la respuesta esperada en sus jugadores.
Superados por el rival, sin capacidad de reacción en la peor segunda parte del curso y con datos, como los 12.7 kilómetros menos recorridos que el Arsenal, que apuntan a una falta de entrega y «actitud», como reconoció tras la dura derrota Raúl Asencio.
Un sistema intocable; un plan mal ejecutado
Ninguna derrota, y ya son once que sitúan a Carlo Ancelotti a una del peor de sus registros como entrenador madridista, han hecho dudar al técnico italiano de la idoneidad de su sistema. El 4-3-3, con un futbolista ofensivo como Jude Bellingham como tercer centrocampista, que se convierte en 4-4-2 en fase defensiva con poca ayuda de los extremos, es intocable.
Las dos goleadas recibidas ante el Barcelona (0-4 en LaLiga y 2-5 en la final de la Supercopa), no invitaron a ‘Carletto’ a valorar la opción de reforzar su centro del campo. Con una plantilla mermada por las lesiones, añorando la importancia ganada por Dani Ceballos desde la salida de Toni Kroos, un jugador al que el club no decidió sustituir tras su adiós acudiendo al mercado, y acusando en exceso la baja por sanción de Aurélien Tchouaméni en Londres.
El Real Madrid se rompió desde su inconsistencia en el centro del campo, con Eduardo Camavinga protagonizando un nuevo capítulo de impotencia, hasta el punto de acabar expulsado por pura frustración, Luka Modric incapaz de aportar algo de sentido a la poca posesión con criterio que tuvo en el partido el conjunto español (45% por 55% del Arsenal).
El bloque medio que planteó Ancelotti hizo aguas ante la estrategia trabajada de Mikel Arteta. Sacó a relucir todas las carencias madridistas. Incapaz el Real Madrid de lanzar una presión conjunta (apenas 9 recuperaciones en campo rival por 22 del conjunto londinense), con graves errores en conceptos defensivos individuales y una falta de ayudas que dejaron expuestos a los laterales, en el Emirates Fede Valverde y David Alaba, para sufrir ante Martinelli y Saka.
Un Real Madrid mermado
Arriesgó el físico, una vez más, Fede Valverde, por su importancia. Jugó con molestias del encuentro ante el Valencia en una temporada en la que se inflitró en más de una ocasión por la necesidad del equipo desde la ausencia de Dani Carvajal.
En peores condiciones aún estaba Antonio Rüdiger, a quien la rodilla izquierda le pide parar pero la situación que tiene Ancelotti en el centro de la defensa -sin Éder Militao toda la temporada por una lesión de rodilla, con Alaba lejos de su imagen desde que se recuperó de la suya, como mostró en Copa ante la Real Sociedad, y jugando con Asencio que no formaba parte de la primera plantilla hasta noviembre-, provocó que se viera al defensa alemán con un aparatoso vendaje.
El Real Madrid fue incapaz de sostener al Arsenal, especialmente en la segunda parte cuando creció su fragilidad defensiva. Sostenido por cinco paradas de Thibaut Courtois, que también jugó recién recuperado de una lesión muscular y fue el mejor sin estar al cien por cien. Salvado en dos acciones bajo palos por Alaba y Bellingham.
La debacle pudo ser de mayor dimensión por la inconsistencia defensiva. 11 disparos del Arsenal que aumentan la estadística que convierten al equipo de Ancelotti en el que más chutan de la ‘Champions’ con 79. Un gran contraste con los 29 recibidos por los de Arteta.
Errores individuales; el apagón de Vinícius y Rodrygo
En la ausencia de un plan colectivo y de juego en conjunto, en muchos partidos lo individual salvó muchos partidos del Real Madrid este curso. Desde una menor entrega que se plasma en los 101,2 kilómetros recorridos, pese a esperar gran parte del partido en su terreno y sin explotar la velocidad al contragolpe de su tridente, por los 113,9 que completaron los jugadores del Arsenal, la calidad de las estrelles madridistas tampoco apareció.
Los errores individuales marcan partidos de grandeza y el Real Madrid los encadenó. Desde el que tuvo Kylian Mbappé cuando pudo marcar el 0-1 en un remate franco que culminó con un disparo centrado fácil para David Raya, hasta la falta evitable de Alaba cerca del área en el primer gol del Arsenal y la mala colocación de la barrera de Courtois, que debió poner uno o dos jugadores más para dificultar el golpeo de Rice.
Desde la faceta individual aparece un bajón en el rendimiento de dos jugadores que fueron claves en las dos últimas conquistas de la Liga de Campeones por el Real Madrid. Son los brasileños Vinícius y Rodrygo. El primero fue el jugador que más balones perdió en el partido (16) y apenas intentó cuatro regates sin salir airoso de ninguno. El segundo no apareció en el partido y Ancelotti tardó 85 minutos en relevarlo por Brahim Díaz.
Un gol en 17 partidos es el balance de Rodrygo desde que se inició febrero. Datos pobres para un delantero indiscutible para Ancelotti que vive uno de esos momentos bajos en el aspecto materializador que tanto está acusando el Real Madrid.
Variantes como Brahim, la única a la que da más continuidad ‘Carletto’, Arda Güler o Endrick no aparecen en los momentos de la verdad. Pese al desplome de su equipo el técnico italiano apenas realizó tres cambios y en los minutos 71, 79 y 85, ninguno ofensivo y sin encontrar reacción alguna en un equipo que no compitió en la segunda parte.
Roberto Morales
EFE