Jerusalén, 19 de marzo de 2025.- El rechazo hacia el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, por su decisión de despedir al jefe de los servicios secretos, Ronen Bar, y el clamor a favor del retorno de los rehenes en Gaza unieron este miércoles a miles de israelíes, en una protesta que marchó hasta la vivienda del jefe de gobierno en Jerusalén.
En los alrededores de la residencia -en la calle Gaza- y en la vecina Plaza de París, el descontento con la gestión de Netanyahu (su abandono hacia los rehenes al reanudar la guerra, para unos, y por su política interna, para otros) aunó este miércoles a miembros de organizaciones como la pacifista Standing Together, allegados de los aún cautivos y exmilitares y cargos de la oposición.
«Estamos protestando contra la combinación de acciones de este gobierno corrupto: que ponen en peligro a los ciudadanos de Israel, manipula el sistema judicial y pone en peligro a los rehenes secuestrados en Gaza», dice a EFE Sagui, de 57 años, quien asegura que todo ello va a poner al país «al borde del desastre».
«Todo lo que hace este Gobierno sirve sólo para la supervivencia de este desastroso primer ministro, esta es la única causa del final del alto el fuego», lamenta.
En la madrugada del martes, Israel rompió el alto el fuego en Gaza (que hoy habría cumplido dos meses) con una oleada de bombardeos que ya se han cobrado ya la vida de al menos 436 personas, 180 de ellas niños, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, gobernada por Hamás.
Poco después, la Oficina de Netanyahu anunciaría que el tribunal que le juzga por tres casos de corrupción, cohecho y abuso de poder había suspendido su testimonio debido a una «consulta urgente de seguridad».
El regreso a la guerra también trajo de vuelta al gobierno de coalición al ultranacionalista y colono Itamar Ben Gvir, quien había dimitido en protesta contra el alto el fuego (pero con la supuesta promesa de Netanyahu de que este no duraría). El Gobierno aprobó anoche que Ben Gvir y dos miembros más de su partido supremacista, Poder Judío, recuperaran sus carteras.
«El reino antes que el rey y la reina», se lee en una de las pancartas que exhiben los manifestantes, con caricaturas de Netanyahu y su mujer, Sara.
Protesta heterogénea con Netanyahu en el foco
Muchos manifestantes, entre ellos los más jóvenes, cargan pancartas con mensajes como «poned fin a la guerra. Acuerdo ahora», mientras otros visten gorras rojas con el mensaje «acabad esta jod*da guerra». Para muchos israelíes, la reofensiva en Gaza pone en riesgo a los 59 cautivos, la mayoría ya muertos.
«Gaza es Gaza y el gobierno es el gobierno», dice a EFE Gil, a favor de la ofensiva en el enclave, que ha dejado más de 49.500 muertos, pero en contra de que Netanyahu decida despedir a dedo a quienes no considera sus aliados.
La manifestación de este miércoles fue convocada originalmente en protesta contra el anuncio de Netanyahu de echar a Ronen Bar, pero fue el nuevo estallido de la guerra la madrugada del martes el que disparó y diversificó la asistencia.
Muchos israelíes vinculan la decisión de Netanyahu contra el Shin Bet como una represalia porque la agencia investiga otro de sus escándalos: los supuestos pagos por parte de Catar a asesores del primer ministro que crearon una campaña favorable al país del golfo de cara al Mundial de Fútbol.
Además, el Shin Bet publicó -a principios de este mes- su investigación sobre el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 y, aunque reconoció errores propios, vertió gran parte de la responsabilidad al Gobierno, al que acusó de desoír sus advertencias y tener solo una postura defensiva en Gaza.
Gil, otro asistente a la protesta, se muestra apático durante la protesta. Al paso del político Yair Golan, líder de una oposición cada vez más menguada, comenta que cree que él sería un mejor líder que Netanyahu y asegura que la guerra es «terrible».
Sobre el fin del alto el fuego, sin embargo, no se muestra sorprendido: «No tenía expectativas», confiesa, «decepción no es la palabra».
EFE